El jugador del Rayo Vallecano, Sergio Camello, ha realizado unas declaraciones al micrófono del club tras el oro conseguido con la Selección Española en los Juegos Olímpicos.
Camello: “Yo llegué aquí con 20 años con el número 34, con ficha del filial y en ningún momento me imaginé que iba a estar en la historia del Rayo”
“Estoy todavía asimilándolo, la gente pensará que estoy feliz. Es un poco diferente, la sensación es como volver al barrio, al equipo, es un golpe de realidad. Una tensión que noto dentro de los 40 días que nos hemos pegado que ha sido muy grande. Intentar dormir, cerrar los ojos e imaginarte… Necesito descansar y lo valoraré con el tiempo. Obviamente estoy muy feliz”.
“Somos la Selección Española, sabemos el equipo que llevábamos, todos jugamos en Primera División. Sabíamos del nivel, pero nunca te lo terminas de imaginar del todo. Llevábamos 32 años desde el último oro. Ha habido muchas generaciones y ninguna la ha conseguido. Además, el fútbol no está tan cuidado en los Juegos Olímpicos. Es más un torneo de pretemporada. No me lo imaginaba para nada”.
“Yo lo que sabía que en esa lista de 22, me daba igual tener esa etiqueta de reserva. Yo quería aportar de alguna manera, lo valoré un montón. Hay mucha gente que se moriría por ser reserva. En ningún momento lo vi de manera negativa, quería sumar de alguna manera. Notando el cariño de la gente con trabajo y dedicación fuera del fútbol e intentando apoyar a todo el mundo. Ha sido un grupo en el que hemos remado todos en una misma dirección y al final todo eso que he dado fuera se me recompensó en esa prórroga con esos dos goles y lo más bonito que fue el cariño de todo el equipo”.
“Una temporada en la que siempre te marcas objetivos individuales y colectivos. Uno de los individuales era ir a los Juegos Olímpicos. Fui al europeo y partícipe en la clasificación, por eso yo tenía esa ilusión, es algo que solo se vive una vez en la vida como futbolista. Es el evento a nivel deporte más grande del mundo. Me lo he estado currando en el Rayo durante la temporada que ha sido mala a nivel números, que luego a nivel mental y anímico también lo pagas, no lo he pasado nada bien. Ahora después de todo lo vivido, el fútbol me estaba guardando algo bonito, he seguido trabajando y me ha dado la recompensa, soy el tío más feliz del mundo. Este año lo afronto con la misma ilusión”.
“Ha merecido la pena, lo veo reflejado en mi familia y amigos. Ellos son los que verdaderamente lo sufren. Ellos están ahí viéndome que no lo estoy pasando bien y no pueden hacer nada, por eso lo del otro día es un regalo que tenía el fútbol. No lo voy a olvidar nunca en la vida”.
“El año lo afrontaba con mucha ilusión. Varias temporadas en Primera División en el Rayo, ya no soy el niño que llegaba de la cantera del Atleti. Sabía que tenía que dar un paso adelante y se ha juntado con esto que me ha dado un plus. Estoy con muchísimas ganas de que empiece la temporada, con mucha ilusión de poder ayudar al equipo”.
“La medalla se compone de cachitos de muchas cosas. De cachitos de esfuerzo de mis padres por conseguir mi sueño. El compartir con mi hermano mellizo muchas cosas, él se quedó algo atrás. Para un hermano que siempre van de la mano, es complicado que uno avance y otro no. Tengo el mejor hermano del mundo. Mis amigos. Hace que no veraneo con mis padres muchos años, con mis colegas no he ido a la playa o al pueblo de alguno nunca. Cumpleaños que no he celebrado. Bodas de familiares…La gente no lo ve, no lo valora y solo se fija en lo que cobramos, no es así. La medalla se compone de todo ellos. Compañeros, entrenadores y lo más feliz que me hace es que el Rayo Vallecano la componga, que sea lo más protagonista”.
“No me esperaba nada de la celebración, ni el pasillo, ni el cartel, que voy a intentar ponerlo en la terraza si me entra, la tarta, todo en general. Yo ya tenía muchas ganas de verles, el vestuario es una parte muy importante de mi vida. Con mis compañeros paso mucho tiempo. Tenía muchas ganas de compartir todo esto con ellos. He sido muy feliz, me ha encantado el recibimiento”.
“Se siente que de alguna manera estas en una parte de la historia del equipo. Yo llegué aquí con 20 años con el número 34, con ficha del filial y en ningún momento me imaginé que iba a estar en la historia del Rayo Vallecano. Todavía necesito que pasen los días, los meses y ahí realmente lo valoraré y veré la dimensión que tiene todo esto. Es un orgullo y una responsabilidad”.
