A pesar de que el festival de cine comienza dentro de algo más de un mes, en Donosti ya es zinemaldia. Termina la semana grande con la promesa de que durante un tiempo los sueños cine son y puedes disfrutar del mejor cine y cruzarte con alguna estrella en el Kursaal o en la Tabakalera.
Esa sensación tuvieron quienes estuvieron poco antes de las siete del domingo en Anoeta. Entre medallistas olímpicos, campeones en París, Berlín e incluso estrellas incipientes en la Copa América, los instantes previos al partido entre la Real Sociedad y el Rayo Vallecano fueron una fiesta y merecido homenaje a los que con su brillante desempeño nos alegraron parte del verano.
Poco antes, el club donostiarra también hacía un guiño a la hermana afición rayista en su centenario, detalles de los que ves lejos de casa y echas en falta en ella. Causa perdida esa.
Los férreos seguidores de los códigos futbolísticos aborrecen los festejos previos a los partidos por ser fuente de distracciones. Pudieron cargarse de razón cuando segundos más tarde del pitazo inicial Embarba lanzó un melón profundo y malintencionado, Remiro se lo tragó a cala y a prueba, como los de Villaconejos y Ratiu, más Florin que Andrei decidió con picardía intentar engañar a Pacheco con una rabona al palo corto. El zaguero hizo su trabajo y hasta ahí llegó el peligro del equipo de la camiseta de todo a cien durante un buen rato.
Los de Imanol fueron cogiendo el tono, y aunque nunca lo lograron del todo comenzaron a mostrar detalles de su talento. Kubo fue el mismo engorroso moscardón que siempre, Brais Méndez creció tras un cabezazo a centro de Becker y Turrientes aprovechó un pase interior del gallego para probar las yemas de los dedos de Dani Cárdenas.
El Rayo, sin embargo se mostraba sólido con un recuperado para la causa Espino y solo seguía sufriendo una falta de mordiente alarmante. Lo más peligroso que hizo su centre forward Nteka fue peinar un saque de esquina al segundo palo para que Elustondo rematara desviado en boca de gol. “Me equivoqué de portería” debió de pensar aliviado Randy.
Jorge De Frutos sacó la patita en una buena pared con Ratiu pero no encontró rematador. Se ganaron el puesto ambos, sin duda.
El segundo acto comenzó con la sensación de que el Rayo podía puntuar y la duda de si los cambios sumarían o restarían. El primero de ellos, Gumbau, pudo ser villano y héroe. Su primera acción pudo ser mortal para el equipo de Íñigo Pérez pero Becker, siempre incisivo, no tuvo el día. Luego estuvo a punto de coronarse con un buen robo de balón tras un mal pase de Remiro, pero su resolución, más académica que la de Ratiu y con el pie malo fue rechazada por el meta navarro.
Lo narrado hasta ahora se convirtió en nimiedad tras la aparición del Kaiser.
Hace tres décadas Benito Floro, creador del “queso mecánico” y heredero manchego de Arrigo Sacchi ofreció una conferencia futbolera titulada “La importancia del saque de banda en el juego ofensivo”.
Hace mas de cuatro, cuando la camiseta de futbol del cole mas pequeña que había me quedaba tres tallas grande me enseñaron que los saques de banda en horizontal meh.
Abdul Mumin tendría el trofeo en su casa si la liga diera el premio al jugador más mejorado. Llegó a Vallecas con ímpetu pero con dudas y carencias (como cualquiera cuando llega a un lugar nuevo) y las reventó casi todas en Anoeta.
Brais Méndez quiso sorprender sacando de banda a Oyarzabal. El pase de Mikel a Kubo fue interceptado por Mumin. Hace unos meses Abdul hubiese sacado la pelota del estadio. Esta vez no. El ghanés arrancó sin dudar, dejó atrás a varios rivales y convirtió una jugada irrelevante de siete contra tres en un uno contra uno de Jorge De Frutos contra Javi López. El segoviano pisó a la izquierda, cabrioleó hacía la derecha y estampó su disparo en las mallas del Reale Arena. (0-1).
Martín Zubimendi había entrado en cancha al inicio de la segunda parte y decidió que aquel era el momento de intervenir. Primero puso un pase profundo que estuvo a punto de terminar en gol si no lo evitan Cárdenas primero y Hernández Hernández después y luego probó puntería en un disparo desde fuera del área que salió desviado.
Sergio Camello simplemente intervino. En otro calamitoso saque de banda txuriurdin Javi López lanza el balón hacia Susic, recién incorporado y de espaldas a la pelota. Pathe Ciss lo ve y tiene tiempo para poner de zurdas un pase preciso para que Sergio pudiera correr y cruzar la pelota ante la media salida de Remiro. (0-2).
La ventaja dio tranquilidad al equipo visitante que mantuvo a raya a los locales, impetuosos pero imprecisos que intentaron recortar con una picardía mal enfocada de Barrene en la búsqueda del penalti. El recorte bueno fue el de Zubimendi, que aprovechó la precisión de Susic y Méndez por dentro para superar a un Mumin que evitó riesgos y a un Cárdenas que detuvo lo parable (1-2).
No hubo tiempo para más. Alegría inesperada para la parroquia vallecana dados los resultados previos que hace comenzar la temporada del centenario de la mejor manera.
“La vida no es como en las películas, es mucho mas dura.”
