Acabo de ver un dato que me ha llamado la atención: el Rayo Vallecano de Iñigo Pérez suma 13 puntos en 9 jornadas. Es decir, haciendo la proyección hasta la jornada 38 y teniendo en cuenta que se llevaría disputado más o menos 1/4 del campeonato, el Rayo al final de Liga acabaría con más de 50 puntos si sigue esta tendencia. Chapeau. Pero claro: fútbol no son matemáticas.
El comienzo de curso del Rayo de Iñigo Pérez
Es un dato que más allá del número en sí, habría que compararlo con el inicio de otros años para saber si de verdad es un número bueno o malo. El mejor ejemplo en los últimos cursos ha sido el Rayo de Iraola, y en este caso, este Rayo del Centenario no está nada lejos de aquel: en los dos años que estuvo el de Usúrbil en Primera División sumó 16 y 11 puntos respectivamente en las nueve primeras jornadas. Iraola destacó precisamente en la primera vuelta de su primera temporada en Primera, llegando a terminar incluso el año 2021 en puestos Champions. Ese es sin duda el espejo en el que mirarse.
Por otro lado, Rayo de Francisco 2023/24 sumó los mismos puntos que este Rayo de Íñigo Pérez, y es aquí donde me quiero detener. Francisco acabó destituido y eso no quita que Iñigo lo vaya a ser, por supuesto, pero destaco el hecho de las sensaciones que transmite uno y otro equipo. Si las comparamos con las sensaciones que desprendía el Rayo de Iraola en su primera temporada en Primera, creo que aquellas son las mismas de las que está desprendiendo el Rayo de Íñigo Pérez en este inicio de campeonato. Francisco con su Rayo es verdad que llegó a empatar en el Bernabéu en la primera vuelta, y es verdad que en esas nueve jornadas sacó los mismos puntos de los que tiene el Rayo actual, pero aquel Rayo de Francisco de la temporada pasada era un equipo que no me transmitía. Sumó puntos, ganó partidos, pero en esa primera vuelta no me llegó a enganchar. Tengo la impresión de que ese impulso de sus primeros partidos no era más que la estela que dejó Iraola, pero que poco a poco se fue perdiendo y el grupo perdió la referencia de lo que tenían que hacer. Y eso que el Rayo de Francisco obtuvo un tremendo récord: encadenó ocho jornadas consecutivas sin perder en Primera, la mejor racha en la historia del club.
Recuerdo que aquel Rayo arrancó a tope con victorias en Almería y Granada parecía que era un inicio de liga soberbio, de hecho lo era, pero fueron partidos que se ganaron por detalles como penaltis. A pesar de los triunfos, ese Rayo no llegó a convencerme, sentía que no transmitía sensaciones, que es lo esencial en un equipo de fútbol.
Con la llegada de Iñigo Pérez el curso pasado el grupo tardó en pillar la dinámica y creo que se encontró perdido.
Iraola e Iñigo Pérez
Volviendo con Iraola, la primera vuelta de ese primer año en Primera creo que todos sentimos un equipo que nos hizo vibrar, palpar, sentir, y veo que Iñigo Pérez está consiguiendo lo mismo que aquel Rayo de Iraola. Le ha costado, pero después del verano ha conseguido un grupo, ha conseguido una piña, ha conseguido que se vuelva a creer, ha conseguido que el vestuario esté unido y que la afición esté conectada (aunque estos siempre lo están).
¿Estáis de acuerdo en que Iñigo Pérez es la prolongación de Iraola? Obviamente aprendió con él, y eso parece que se está dejando notar en este inicio de curso. Sin duda hay aspectos que pulir y cosas que cambiar, hay matices que mejorar, y eso si queréis podemos hablarlo en otro momento, pero más allá de todas esas cosas que afectan, como aspectos defensivos, despistes, falta de gol de los delanteros, … hay algo especial: la energía del equipo, la ilusión, mirar a los rostros de los futbolistas y ver brillo. Ahora me vais a decir que hay algún futbolista desconectado, claro, y todos lo sabemos, pero la fuerza del grupo me parece que es brutal y en una parte muy alta ese mérito se lo debemos a Iñigo Pérez, que ha conseguido consolidar un grupo para competir en el año del Centenario. ¿Dónde nos podrá llevar el navarro?
Sumar 13 puntos en nueve jornadas, que es casi 1/4 del campeonato, hace que el Rayo Vallecano pueda aspirar a hacer una buena temporada. Es muy pero que muy pronto para hacer balance, y las pruebas más evidentes son los tres años anteriores en Primera. Este Rayo puede caerse y tener una mala segunda parte de liga, ojalá que no. Lo hemos visto incluso esa gran temporada 21/22 con Iraola o incluso la temporada pasada con Francisco. No sabemos lo que puede pasar, pero hoy por hoy me quedo con las sensaciones que nos transmite este equipo.