El fútbol une y separa, y en ocasiones, vuelve a unir de forma inesperada. Este es el caso de Saúl Ñíguez y Adrián Embarba, dos futbolistas que compartieron vestuario en el Rayo Vallecano y que, ahora, se enfrentan como rivales en LaLiga. A pesar de que Saúl no jugó en el duelo ante su ex-equipo, ambos compañeros se vieron las caras de nuevo, recordando los momentos vividos en Vallecas.
Un pasado en común en Vallecas
Saúl Ñíguez y Adrián Embarba coincidieron en el Rayo Vallecano durante la temporada 2013/2014. Para Saúl, ese año significó su primera gran oportunidad en la élite del fútbol profesional. Llegó cedido por el Atlético de Madrid con apenas 18 años, buscando minutos y experiencia. En cambio, para Embarba, que había llegado al Rayo B en 2013 desde el CD Marchamalo, esa temporada fue el inicio de su integración en el primer equipo.
Ambos jugadores destacaron en un equipo dirigido por Paco Jémez, conocido por su estilo de juego atrevido y ofensivo. Saúl fue un pilar en el mediocampo, disputando 37 partidos y anotando dos goles, mientras que Embarba comenzaba a hacerse un hueco en el equipo, sumando sus primeros minutos en Primera División. Durante esa campaña, desarrollaron una relación basada en el trabajo diario, compartiendo el hambre de triunfar en el fútbol profesional.
El camino de Saúl: del Atlético a Sevilla, con altibajos
Tras su paso por el Rayo, Saúl Ñíguez regresó al Atlético de Madrid, donde no tardó en consolidarse como una pieza clave para Diego Simeone. Durante más de una década, Saúl fue un jugador indispensable para los colchoneros, destacando por su polivalencia, entrega y capacidad para aparecer en momentos decisivos. Entre sus logros destacan la conquista de la Liga 2020/2021, las Europa League 2011/2012 y 2017/2018, y la Supercopa de Europa 2018.
Sin embargo, los últimos años de Saúl en el Atlético estuvieron marcados por altibajos. Una cesión al Chelsea en 2021 no terminó de funcionar, y su regreso al club madrileño no fue el esperado. Esta temporada, Saúl recaló en el Sevilla, donde busca recuperar su mejor versión. Hasta ahora, ha disputado 4 partidos, acumulando 322 minutos y una asistencia, pero todavía no ha logrado asentarse como un titular indiscutible.
La carrera de Embarba: del Rayo al Espanyol y regreso a casa
Adrián Embarba, por su parte, vivió un ascenso más gradual en su carrera. Tras consolidarse en el Rayo Vallecano, se convirtió en uno de los líderes del equipo y en un referente ofensivo. Durante su etapa en Vallecas, ha disputado más de 200 partidos, anotando 38 goles y 41 asistencias, dejando una huella imborrable en el club y en la afición.
En enero de 2020, Embarba fichó por el Espanyol, donde vivió tanto el descenso como el ascenso del equipo catalán a Primera División. Aunque tuvo actuaciones destacadas, su rendimiento fue irregular en las últimas temporadas. En 2023, decidió regresar al Rayo Vallecano, un lugar que considera su casa y donde busca volver a ser el jugador diferencial que fue.
Desde su regreso, Embarba ha tenido un papel relevante en el equipo dirigido por Íñigo Pérez, aportando experiencia y calidad en el ataque. Aunque todavía no ha alcanzado su mejor nivel, su compromiso con el equipo es incuestionable, y partidos como el próximo ante el Sevilla serán una gran oportunidad para reivindicarse.
Una relación forjada en Vallecas
Saúl y Embarba siempre han hablado con respeto y cariño sobre su etapa compartida en el Rayo Vallecano. Aunque sus caminos tomaron direcciones diferentes, ambos jugadores recuerdan con aprecio aquel equipo que les permitió dar pasos importantes en sus respectivas carreras.
Aunque no han coincidido como compañeros desde aquella temporada 2013/2014, su relación sigue siendo cordial. En varias entrevistas, ambos han destacado la importancia de su etapa en Vallecas para su formación como futbolistas, valorando el ambiente de trabajo y la exigencia que encontraron bajo las órdenes de Paco Jémez.
Dos caminos que vuelven a cruzarse
La historia de Saúl Ñíguez y Adrián Embarba es un recordatorio de cómo el fútbol conecta a las personas y les da la oportunidad de crecer juntas. Aunque sus trayectorias han tenido altibajos y tomaron rumbos distintos, ambos jugadores comparten una etapa crucial de sus carreras en Vallecas, un lugar que los marcó para siempre.
El reencuentro en Sevilla fue una oportunidad para celebrar esa conexión y para demostrar que, a pesar del tiempo y las distancias, el fútbol siempre encuentra la manera de volver a unir a sus protagonistas.