El entrenador del Rayo Vallecano, Íñigo Pérez, se mostró muy enfadado en la sala de prensa posterior al duelo ante el Real Betis (2-2), no con el resultado del partido sino con la decisión de González Fuertes de no detener el partido hasta resolver la urgencia médica sucedida en la grada de Vallecas durante el duelo de la 36ª jornada de LaLiga.
Íñigo mostró su enfado por no parar el partido hasta resolver la urgencia médica
El técnico franjirrojo llegó a la sala de prensa visiblemente enfadado. El motivo era la decisión de los árbitros de reanudar el partido pese a haber una urgencia médica en la grada de Vallecas. Además, el entrenador asegura que esta es la segunda vez que pasa y no sucede lo mismo en otros estadios. Por ello, Íñigo Pérez mostró su descontento.
Esto decía el entrenador del Rayo Vallecano al ser preguntado por ello: “Es una sensación mía, quizá no me ampara la razón, pero es una sensación mía y la realidad es que aquí lo que yo he escuchado, lo que me dicen es “se sigue jugando hay gente que se ocupa”. De hecho se va a sacar el córner. Son situaciones que no tienen que ver con el fútbol, pero es por lo que quizá estoy un poco más dolido. Me sabe fatal que aquí haya dos urgencias médicas en menos de un mes y yo veo la televisión, al menos el protocolo, igual estoy metido en la pata, y en todos paran, la cámara no enfoca lo que sucede y se para 6, 7 u 8 minutos, lo que haga falta. Y aquí he visto que las dos veces han actuado igual. Seguimos jugando, hay gente que se ocupa y eso me molesta más que una remontada o que un resultado. Me molesta muchísimo. Vamos a ver qué pasa, si se puede jugar, perfecto, pero de primeras decir que no que hay gente y jugamos, me enfado muchísimo”.
No solo el técnico rayista estaba enfadado. Durante el partido, Augusto Batalla también pidió que se parara el partido por la urgencia médica. Los colegiados hicieron caso y lo detuvieron, pero una vez que estaban los médicos atendiendo a la persona, González Fuertes ordenó que se reanudase. El guardameta argentino se tiró al suelo para que así detuviera nuevamente el partido.