El Rayo Vallecano vuelve a Europa 25 años después. Lo hará este jueves en la ida de la última ronda previa de la Conference League frente al Neman Grodno bielorruso, un duelo que se disputará en Szeged (Hungría) y que quedará marcado para la historia por un hecho insólito: se jugará a puerta cerrada. La UEFA mantiene la sanción que obliga a los equipos de Bielorrusia a disputar sus partidos continentales sin público, consecuencia del apoyo del país a Rusia en el conflicto con Ucrania.
La previa del Neman Grodno vs Rayo Vallecano
La paradoja es cruel para el Rayo, cuya razón de ser, siempre ha estado ligada a su afición. Vallecas ha esperado 25 años para volver a escuchar el himno europeo y, en el estreno, no podrá hacerlo. El recuerdo de aquella Copa de la UEFA 2000-01, con la Franja llegando hasta cuartos de final, contrasta con este regreso en silencio. La imagen de un partido continental sin el calor del rayismo es uno de los elementos que marcan esta eliminatoria.
En lo estrictamente deportivo, el equipo afronta la cita con la moral reforzada. Los de Íñigo Pérez debutaron en LaLiga con victoria en Girona (1-3), imponiéndose en Montilivi y mostrando una versión sólida y competitiva, donde Jorge de Frutos fue determinante. Ese triunfo supone un impulso para afrontar con confianza esta ronda, la primera piedra de un camino europeo que ilusiona al vestuario y a la afición.
El club franjirrojo llega con novedades importantes en su plantilla. El fichaje más destacado, el del central Luiz Felipe, procedente del Olympique de Marsella, no estará disponible en esta eliminatoria, ya que una fatiga muscular le ha impedido ejercitarse con normalidad. Esta decisión ha sido consensuada con el entrenador, lo que ha significado que no esté inscrito en la lista UEFA, lo que supone una baja sensible en la zaga. El resto del bloque si que ha emprendido la odisea del viaje a Hungría, donde además del vuelo tienen un trayecto en bus de más de hora y media. Mumin, Diego Méndez, Marco de la Sías, Etienne Eto’o y el reciente fichaje, Nobel Mendy serán las bajas del equipo.
El Neman Grodno llega como un rival incómodo. Se trata de un equipo con experiencia reciente en competiciones europeas, donde ha competido con dignidad en rondas previas, pero nunca ha llegado a una fase de grupos. Ha conquistado la Copa bielorrusa en los dos últimos años y se ha convertido en una de las referencias de su país. Aunque su valor de plantilla está muy por debajo del Rayo, ha demostrado ser competitivo y ya sabe lo que es sobrevivir a eliminatorias igualadas, como la que superó en la tanda de penaltis en la ronda anterior ante el Ki Klaksvik.
Para el Rayo, la clave estará en no dejarse sorprender en la ida y llegar a la vuelta en Vallecas con ventaja o, al menos, con la eliminatoria encarrilada. Porque será en el barrio, el próximo 28 de agosto, cuando se viva la auténtica fiesta. La UEFA ha dado luz verde al Estadio de Vallecas para albergar el partido de vuelta y, esta vez sí, la afición podrá estar presente. Ese encuentro promete convertirse en una de las noches más especiales de la historia reciente del club, con el regreso europeo celebrado en casa y con el calor de la Franja en las gradas.
El tifo Rayo MallorcaEl reto es doble: deportivo y emocional. En lo futbolístico, el Rayo parte como favorito por calidad y experiencia en una liga más exigente. En lo sentimental, afronta la contradicción de regresar a Europa sin poder compartir el primer paso con su gente. Lo que está claro es que, aunque en Szeged no se escuchen cánticos ni se vean banderas, todo Vallecas estará pendiente de un equipo que ha vuelto al continente 25 años después.