Yo quiero más de estos. Disgustos, digo. Llenar una plaza en un lugar a dos mil quinientos kilómetros de casa porque el equipo de tu barrio logró en buena lid la posibilidad de caer ante el Slovan en la coqueta Bratislava. Celebrar Vallecas en la capital de Eslovaquia y sacar su bandera, la vilipendiada por ser una barriada humilde que no se deja intimidar ni humillar por la “cayetanidad” de la capital que necesita a sus obreros, los que llenan a todas horas el metro, el tren o el autobús con destino más allá del puente o la villa.
La contracrónica del Slovan Bratislava vs Rayo Vallecano
Disgustos son carecer de salud, de dinero o de amor, de un bienestar que la constitución propugna pero que la realidad pone en duda y que aquí hemos padecido, sufrimos y a buen seguro viviremos.
La conjura final de los jugadores con los centenares de franjirrojos que han disfrutado de la derrota de sus vidas lo demuestra.
El Rayo Vallecano cayó ante el Slovan por 2-1 en un partido flojo de los de Íñigo Pérez que finalmente rompieron el cántaro que tanto zarandearon en Goteborg y en Vallecas ante el Lech Poznan. El partido pudo ser una fotocopia de los finales felices citados pero el equipo eslovaco, que anotó un gol en el Metropolitano en la pasada Champions League no fue tan ingenuo, pipiolo o primo como fueron suecos y polacos en el achuchón final rayista.
Pudo abrir el marcador Gumbau antes del minuto de juego pero Takac lo impidió. El Rayo pareció arrancar bien pero sesteó hasta que en un capítulo más del mundo al revés Fran Pérez adelantó a los visitantes. El Rayo, abanderado del saque en corto jugó en largo durante la primera mitad y Fran, vencedor del duelo obtuvo premio al esfuerzo al anotar tras un disparo desviado por un zaguero eslovaco. El árbitro del partido también fue “upside down”, Amonestó en la primera mitad casi cualquier falta y en la segunda, cuando sus compañeros desenfundan se le atascó el gatillo.
Fran Pérez gol Rayo Vallecano Foto: EFEEl susto lo dio Balliu que recibió la cama de un rival con el balón fuera de la cancha y sufrió una caída espeluznante. Tuvo que ser sustituido.
El Rayo parecía tener el choque bajo control y la emocionante visita a Bratislava parecía poder terminar en placentera experiencia pero tras el descanso algo pasó. El brebaje recuperador, ya fuera un caldito para el frío, un isotónico o un café debió ser sustituido por tila. El lógico empuje de los locales se vió favorecido por si no relajación descuido en los jugadores rayistas. Isi arriesgó en un regate innecesario que terminó en saque de esquina para el rival. La jugada tras un cúmulo de errores terminó con el empate local.
Sin tiempo de reacción otros dos de los referentes rayistas cometieron un error de bulto. Tras la exitosa salida de balón en largo de la primera parte alguién decidió que lo más sensato era arriesgar con el juego en corto. Batalla dio un pase de más a Lejeune y este, sin más opción que alejar la pelota pensó que con girar el tobillo y devolver al portero sería suficiente. El balón fue corto y el Slovan se adelantó en el marcador.
Pérez intentó dar la vuelta al marcador con las entradas de Álvaro y Unai y sin demasiada brillante el Rayo cercó la portería de Takac pero ni el propio García ni Alemao tuvieron acierto en el remate en las dos acciones más peligrosas de los chicos del barrio.
Los minutos finales del partido tuvieron un poste desgraciado de Lejeune que coronó su desgraciado día y un Slovan con oficio que no dio opción al Rayo de intentar la igualada.
Nadie dijo que fuera a ser fácil. Somos el Rayo y como dijo el sabio “el más tonto hace relojes”.
Las derrotas escuecen pero este viaje, el de sus vidas para muchos de los rayistas que revolvieron Europa para ver a su equipo lucir palmito por el continente no lo olvidarán nunca. Eso es mucho más que una victoria. Que les quiten los bailao.
Adenda: Ojalá mi hija Paola, de Erasmus en la cercana Lituania pueda, tras haber disputado su propia Conference con éxito coronar su experiencia con una excursión para ver a los chicos frente al Jagiellonia. Ojalá tenga la oportunidad.
