Abdul Mumin fue uno de los grandes nombres en el debut liguero del Rayo Vallecano contra la Real Sociedad. Una pieza importante tanto en defensa como en ataque. Su protagonismo fue crucial en ambas áreas. A su papel defensivo comienza a dar pinceladas propias de jugadores que se han quitado la timidez. En defensa es una roca. Y en ataque comienza a animarse. El premio del primer gol fue para De Frutos, aunque el ghanés hizo el trabajo previo para facilitarle la tarea al segoviano. Recibió en campo propio, condujo, superó líneas y se la cedió al extremo para que marcase el primer gol del partido. Un gol con el mérito repartidos a partes iguales.
Su primera asistencia como futbolista profesional llegó con 26 años. De ahí su eufórica celebración en el tanto. Una emoción que evidenció su compromiso con la Franja y su gran estado de forma. Se siente importante tras un primer año y medio en el que alternaba actuaciones con suplencias (más de lo segundo que de lo primero). Es titular indiscutible para Íñigo Pérez. Aridane ya no es una alternativa y Pelayo Fernández tendrá difícil tener minutos si el ghanés mantiene su nivel.
De los quince encuentros oficiales que el Rayo Vallecano ha jugado con Íñigo Pérez ha sido titular en diez de ellos. En todos ellos completó los 90 minutos. Se perdió los cuatro primeros por decisión técnica (Real Madrid, Girona, Cádiz y Deportivo Alavés). El otro en el que estuvo ausente fue en la última jornada de la pasada temporada contra el Athletic por sanción. Si no es por algún motivo ajeno a su rendimiento cuesta encontrar argumentos para quitarlo del once titular. El técnico navarro de momento no lo ha hecho. La pareja que ha formado con Lejeune es la que más fiabilidad le ha dado hasta la fecha.