Las comunidades de vecinos suelen ser un mundo aparte y no hace falta mirar en las que tenemos cerca de casa, seguro que en la propia ocurren cosas que no siempre permiten que la convivencia sea todo lo pacífica que debería ser. Ya sea por una cosa u otra, hay piques entre los vecinos y uno de los motivos que más provoca discusiones y malas caras está relacionado con los vehículos. Que si uno aparcó mal, que si no permite la salida, que si el coche está rallado y antes no lo estaba…
Últimamente la ocupación de plazas de garaje es uno de los problemas que más afecta a los propietarios de las mismas. Puede ser que sea por desconocimiento o con mala intención, pero no es para nada extraño que cuando alguien regresa de vacaciones se encuentre que hay otro coche en su plaza. Algo que no sienta nada bien, porque suele conllevar problemas a la hora de localizar al que le ha quitado el sitio y por tanto tiene que buscar una alternativa.
Hay que estar tranquilos
No perder los nervios y adoptar las medidas adecuadas es lo más importante. Las represalias hay que dejarlas atrás, porque lo único que harán es originar más problemas. Lo primero que hay que hacer es solicitar la ayuda de una figura clave, el portero de la urbanización, si lo hubiese, o un vecino que sea imparcial para que intervenga y pueda determinar si se trata de un error puntual o una ocupación premeditada. Si hablamos de garajes privados, llamar a la Policía no suele ser eficaz porque no pueden retirar el vehículo ni tomar medidas sin una orden judicial.
Nada de entrar en pánico y que esto pueda ocasiones algo más graves, consecuencias que nadie quiere. Lo primero que hay que intentar es el entendimiento, la solución amistosa, ya sea en primera persona o con intervención de terceros.
La mejor estrategia
El diálogo es siempre la mejor opción, el entendimiento sin llegar a más. Si el conflicto llegar al juzgado, este puede prolongarse durante años. Denunciar, en algunos casos, puede ser la única solución, pero no debe ser la primera porque no es la más rápida.
Lo ideal es que una conversación sirva para aclarar el tema y que sea un simple malentendido. Pero si el problema persiste, hay que avisar de que se tomarán las medidas legales necesarias y cuando esto termina suele ser con el fallo de los tribunales a favor del propietario de la plaza y con sanciones económicas para el que ocupó la plaza sin tener derecho a ello. Si el delito persiste, el infractor puede enfrentarse incluso a delitos de desobediencia, siempre y cuando existan pruebas claras de que su conducta se repite. Para demostrarlo, fotografías y vídeos son claves.
Ni se te ocurra
Por doloroso y frustrante que resulte, nunca se debe recurrir a pinchar las ruedas del vehículo, rayarlo o cosas por el estilo. Esto lo único que hace es agravar el problema y acarrear problemas legales para el titular de la plaza. Tampoco se puede contratar una grúa, pues eso sólo puede hacerse tras una autorización judicial.
¿Cómo evitar el problema desde el inicio?
Una de las opciones que ayudan a que esto no se produzca es instalar un guardaplazas metálico con cerradura. Para hacerlo, previamente es necesaria la aprobación de la comunidad de vecinos, algo que también puede llevar un tiempo porque se necesita una votación y que la mayoría estén de acuerdo.
Hay casos de que no sea el vecino el okupa, si no que fuese alguien de fuera de la comunidad que ha conseguido entrar en el garaje. La situación se complica entonces y lo mejor será acudir a la justicia, a pesar de la lentitud del proceso para obtener la solución esperada.
