La definición de genialidad depende de a quién se le pregunte y de cuándo se haga. Porque los genios del pasado puede que no lo fuesen a día de hoy. Según el historiador musical Craig Wright, “un genio es una persona con poderes mentales extraordinarios cuyos originales trabajos o conceptos cambian a la sociedad de alguna forma significativa para bien o para mal en todas las culturas y a lo largo del tiempo”.
Wright, catedrático de la Universidad de Yale, escribió un libro llamado ‘Los hábitos secretos de los genios’ y asegura que “el coeficiente intelectual y las notas académicas están sobrevalorados” y en su libro comenta rasgos que tienen en común los genios y entre ellos no están algunos asociados durante mucho tiempo, como el talento. Para él, existen algunas manías que las personas más inteligentes suelen tener y que tienen una explicación científica. Eso sí, no significa que si una persona no dispone de ellas no sea inteligente, ni lo contrario.
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Son obsesivos
Según Wright, la genialidad no es repentina, se trata de “la culminación de un largo periodo de gestación cerebral”. Es decir, la culminación de un trabajo que en el caso de las personas más inteligentes es impulsado por una obsesión obstinada. En una entrevista en la BBC, declaró que “la pasión es un motor que se manifiesta como trabajo duro y que puede ir desde el amor hacia algo hasta la obsesión”. Es esa obsesión la que hace que las personas inteligentes lleguen hasta donde llegan.
De acuerdo con Wright, “los padres que fuerzan a sus hijos a centrarse en una actividad para ser el mejor nadador olímpico o el próximo nobel de Física se están equivocando”. Lo mejor es fomentar en los hijos diferentes pasiones y mejorar en la que se desee hacer.
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Se muerden las uñas
Este hábito se asocia de manera frecuente con la ansiedad, porque el acto de masticarlas permite aliviar el estrés, la tensión o el aburrimiento. Se considera que las personas con esta manía pueden tener más probabilidades de ser perfeccionistas y el perfeccionismo, según la profesora de Desarrollo Cognitivo de la Facultad de Psicología de la UNIR Sylvia Sastre-Riba, es uno de los condicionantes que contribuyen a la excelencia en casos de personas muy inteligentes.
Por tanto, el hábito de morderse las uñas puede ser una forma de autoestimulación y concentración, proporcionando alivio mental y ayudando a estimular la creatividad en las personas inteligentes
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Prefieren trabajar solos
De acuerdo a numerosas investigaciones, muchas personas con altas capacidades también tienen una mayor sensibilidad a los estímulos, algo que no sucede a la inversa. Una investigación realizada por el Instituto Karolinska de Suecia encontró una correlación entre la alta sensibilidad sensorial y una inteligencia superior que sugería que las personas más inteligentes procesan la información sensorial de manera más profunda, lo que explica por qué se sienten abrumadas por ruidos fuertes, luces brillantes y multitudes y por qué eligen trabajar a solas y en espacios tranquilos.
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Hablan solos
Albert Einstein solía repetir sus frases en voz alta continuamente y resulta que los genios lo hacen a menudo. Hablar contigo mismo podría ser una señal de que tienes habilidades de pensamiento, memoria y percepción más avanzadas según un estudio de las universidades de Wisconsin y Pensilvania. También refleja que cuando se instruía a los participantes para que recordaran y encontraran objetos, tenían más éxito si decían los nombres de los objetos en voz alta porque según los investigadores, “activamos las propiedades visuales relacionadas con estos objetos en nuestro cerebro, lo que nos ayuda a encontrarlos más fácilmente”. Es decir, hablar solo ayuda a organizar las ideas y verbalizar los problemas es clave para resolverlos.