Bizum se ha convertido en la plataforma de pago más popular de España y la favorita para la gran parte de quienes utilizan este tipo de medio ya sea para realizar compras, devolver dinero o incluso dar dinero a músicos callejeros que tiene su número de teléfono en un cartelito para que le hagan un donativo. En 2023, en nuestro país, se realizaron un promedio de 30 operaciones por segundo. Esto equivale a la nada despreciable cifra de 2.5 millones de transacciones.
Los pagos pueden ser desde céntimos hasta cantidades más importantes. Y, por tanto, los conceptos varían. Hay quienes simplemente ponen el motivo real de la transferencia, por ejemplo Cena, y quienes usan términos que no tienen nada que ver. A ellos, a los que innovan, les avisa la abogada Karolina Pilawska, que pone negro sobre blanco sobre algo muy obvio pero que a muchos no les parece tanto. Los protagonistas piensan que están haciendo algo inofensivo, pero en realidad puede tener consecuencias mayores, por lo que hay que tener cuidado.
Con más de 25 millones de usuarios activos cuenta esta plataforma, por lo que el reto al que se enfrenta a diario es muy elevado. Y el hecho de que enviar dinero sea muy sencillo hace que se relajen los filtros de quién lo envía. Así, la abogada recuerda que si el título es “no lo gastes en estupideces”, no habrá problema ni ninguna consecuencia. Pero si la broma va más allá y se decide poner otro tipo de conceptos (“para una bomba”, “por explosivos”, “por drogas”, “por rescate”, o “por asesinato” entre otros) los empleados de la entidad bancaria pueden tomar medidas tales como bloquear la cuenta durante unas horas.
Así, la abogada aconseja que los títulos de las transferencias deben ser claros, precios e indicar claramente por qué estamos transfiriendo dinero a otra persona. Y, por supuesto, se deben evitar malas palabras, referencias en broma o declaraciones con actividades delictivas por muy gracioso que nos parezca.
¿Por qué los bancos leen los conceptos de las transferencias?
Muchos piensan que el concepto de las transferencias entre particulares debería ser un asunto privado, algo similar a una conversación entre dos personas. Pero lo único que están haciendo desde la entidad bancaria es cumplir con la ley. Los bancos están legitimados por la normativa 10/2010 de prevención del blanqueo de capitales y financiación del terrorismo.
Dicha normativa obliga a entidades como bancos, comercios y medios de pago a vigilar transacciones que puedan ver sospechosas de blanquear o financiar terrorismo. Como son millones las que se llevan a cabo, se aplican automatismos para detectar patrones o palabras clave. Por ello, “todo lo que suene raro tiene que generar una alerta, ser comprobado y si, si es el caso, comunicado a las entidades correspondientes”, explica Jorge Morell, abogado de Legaltechies especializado en derecho y tecnología. Añade que así “todos los mensajes de broma de este tipo que se ponen en Bizum o en general tiene potencial de generar una alerta y una posible llamada al cliente y comprobación del supuesto”.
No se trata de una cuestión de aburrimiento de los bancos, sino que existen departamentos enteros para detectar fraudes. Lo habitual es que cuando un concepto puede inducir a una actividad que está fuera de la legalidad, los miembros de estas áreas de los respectivos bancos contactan con la persona que hizo la transferencia para obtener más información.
¿Qué opinan desde Protección de datos?
Samuel Parra, abogado experto en privacidad y protección de datos asegura que “la entidad bancaria tiene una obligación de luchar contra la financiación del terrorismo o el blanqueo de capitales, y por tanto, una de esas medidas, entras otras muchas, es detectar conceptos en esos Bizum que pudieran significar ese blanqueo o financiación”.