Las comidas tradicionales de nuestro país ya no son las únicas de las que podemos disfrutar. Desde hace un tiempo, es habitual encontrarnos con alimentos de otros países e incluso de otros continentes, hasta el punto de que suelen pasar a formar parte de nuestra rutina en la cocina. Uno de los países que se ha convertido en referente para gran parte de los europeos es Japón, y no lo ha hecho sólo por el sushi y el ramen. También por el natto, un alimento gelatinoso que cuida y mucho nuestro corazón.
Gelatina desde Japón
El natto es un plato tradicional japonés con un olor y aspecto que no lo hacen especialmente atractivo (alimento gelatinoso con un olor que recuerda al amoníaco). A pesar de ello, es consumido por más del 60% de los japoneses de manera habitual, pero suelen hacerlo combinándolo con otros alimentos que permiten mejorar tanto su sabor como su olor: arroz, huevo o cebolleta, entre otras opciones.
Estamos ante un alimento, el natto, que es rico en hierro, grasas instauradas y fibra, todos ellos nutrientes asociados a una tensión arterial y un menor riesgo de sufrir enfermedades como la diabetes de tipo 2. Una sola porción de 50 gramos de este alimento tiene los mismos niveles de vitamina K recomendada por las autoridades niponas para ayudar a prevenir la osteoporosis. A todo ello hay que añadir que es un alimento rico en vitamina B6 y vitamina E, ambas relacionadas con una ralentización del envejecimiento celular. Por si fuera poco, el natto contiene 18 tipos de aminoácidos, entre ellos los esenciales además de magnesio y calcio.
En diferentes estudios realizados en Japón, se sugirió que el consumo diario de natto puede ser clave para reducir en un 10% el riesgo de morir por un infarto de corazón o un accidente cerebrovascular. Así, varios investigadores del país analizaron si este alimento podría ayudar en enfermedades como la aterosclerosis, relacionada con el riesgo de sufrir infartos o ictus. La conclusión es que es que el natto puede suprimir la aterosclerosis, pero no se sabe cómo lo consigue.
Vitamina K
En otros estudios complementarios los investigadores analizaron tres variedades de natto cuya diferencia radicaba en su contenido de K2: natto alto en vitamina K2, natto con niveles normales de vitamina K2 y natto con niveles bajos de K2. Se buscaba conocer en la aterosclerosis en un ratón a lo largo del tiempo y se vieron reducciones objetivas de las lesiones ateroscleróticas en todos los grupos de consumo de natto.
Destacó también que la ingesta de natto no alteró la composición de la microflora intestinal, regulando la producción de citocinas y quimiocinas asociadas a la aterosclerosis, lo que sugeriría que el natto si tiene efectos terapéuticos directos sobre esta enfermedad arterial crónica. Además, la adición de Bacillus subtilis natto a los macrófagos, un tipo de célula implicada en la promoción de la aterosclerosis, conseguía reducir las citocinas y quimiocinas proinflamatorias, lo que se consideraba un efecto muy significativo en el grupo natto con elevados niveles de vitaminas K2.
Lo que ocurrió es que el natto normal como el bajo en vitamina K2 aumentaron la producción de citocina antiinflamatoria IL-10, lo que indicaría que la bacteria Bacillus subtilis natto puede inhibir la aterosclerosis alterando la microflora intestina y suprime la activación de células inmunes.
En definitiva, sin saber las limitaciones de los estudios y de acuerdo con los investigadores, el natto puede poseer actividad antiaterosclerosis mediante múltiples vías. En futuros estudios el objetivo será la activación de macrófagos en las lesiones ateroscleróticas, así como la identificación y aislamiento de componentes funcionales en natto, además de esclarecer detalladamente todos sus mecanismos de acción.