El mercado inmobiliario en España está haciendo estragos por todo el territorio nacional. Se habla de Madrid y Barcelona, pero no es un caso aislado de las dos grandes ciudades del país. Un ejemplo de ella se puede ver en Málaga, donde se está dando una curiosa dicotomía. La ciudad andaluza se ha convertido en un referente tecnológico a nivel internacional y modelo de éxito empresarial. Pero detrás de esa fachada, hay una realidad preocupante para sus habitantes y para los que quieren vivir allí: no se puede acceder al coste de las viviendas. Esto es lo que le están ocurriendo a muchos ingenieros y profesionales atraídos por el auge tecnológico, que se están viendo obligados a irse.
El problema de la vivienda
El desarrollo tecnológico de Málaga ha atraído talento de otros puntos del país y también de fuera, lo que ha hecho que la ciudad se convierta en un lugar atractivo para emprendedores y startups. Pero con este crecimiento económico y la creación del empleo, también ha llegado el grave problema del acceso a la vivienda.
Como se puede ver en diferentes portales inmobiliarios, entre ellos Idealista, en 2017 el precio de la vivienda en la ciudad rondaba de media los 1.590/m2 y en la actualidad está en 3.301 euros/m2. Sólo durante el año pasado, el precio incrementó un 21.4%, lo que imposibilita encontrar una vivienda a un precio razonable con independencia de la situación económica de cada persona.
Tampoco los grandes salarios pueden
Felipe Romera, director general del Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), comentó en una entrevista a un diario local que el alto coste de la vivienda también está afectando a aquellos profesionales con buenos sueldos y esto es un escollo para poder captar y retener este talento que llega al sur de España.
Este problema, que se repite prácticamente en todas las grandes ciudades del país, hace que los profesionales busquen alternativas fuera de la ciudad en la que trabajan y aumente la presión inmobiliaria en las localidades cercanas y se generan problemas de movilidad en las vías de acceso a las nuevas infraestructuras tecnológicas.
Así, Romera calificaba la situación que se está viviendo como “un fracaso de ciudad” en la que el éxito económico está expulsando a sus propios ciudadanos.
Las alternativas
Viendo el panorama actual y de futuro de Málaga, las grandes empresas creen que el teletrabajo y la mejora del transporte público se presentan como las soluciones para aliviar la presión sobre la vivienda en la ciudad.
Con el teletrabajo se permite a los profesionales vivir en zonas más asequibles económicamente sin desplazarse a Málaga cada día, aunque se requiere de una buena conexión a Internet y servicios de calidad en las zonas periféricas.
En cuanto al transporte público, Romera declaro que su mejora era fundamental para facilitar la movilidad de los trabajadores tecnológicos que viven fuera de Málaga para evitar la dependencia del coche para acudir al centro de trabajo. Estas medidas podrían ayudar a reducir la demanda de vivienda en Málaga y relajar los precios.
Málaga, otro caso más en España
No estamos ante un caso aislado, el problema del acceso a una vivienda para los trabajadores no es exclusivo de Málaga. Pasa lo mismo en otros lugares de gran crecimiento económico, como por ejemplo Ibiza. Aunque las ofertas de empleo en estas y en otras ciudades sean atractivas tanto profesional como económicamente, los altos precios de los alquileres hacen que no sea rentable la propuesta y opten por otra en la que tengan más facilidades en el acceso a una casa.
