En Europa está clara la idea de futuro sobre la automoción y apunta al eléctrico. Para ello es importante no sólo promover la compra de vehículos de este tipo, también generar una ecosistema que permita que sean adquiridos de forma masiva por los usuarios, que vean en esta modalidad de coche la principal opción para la movilidad. Por tanto, construir una red de recarga que abarque todo el territorio y proporcione un servicio fiable y asequible es vital. Sin dar este paso hacia adelante será imposible que los coches eléctricos sean elegidos por quienes tienen la necesidad de adquirir un automóvil.
Cuando se hablar de extender las redes de carga rápida, no sólo hay que hacerlo en las diferentes carreteras. También hay que mirar a los puntos de suministro que hay en distintos centros comerciales y aparcamientos públicos. Además, es clave ofrecer ese servicio también en las calles, lugares en los que muchos habitantes no puedo instalar sus puntos propios en sus respectivas viviendas.
Las farolas como punto de recarga para coches eléctricos
En diversos países de Europa han apostado por las farolas como un elemento perfecto para crear una red recarga muy extensa y sin tener que hace un gran desembolso económico por parte de las respectivas administraciones ni tampoco obras de gran envergadura. Uno de esos lugares es Reino Unido, que en 2024 fue el mayor mercado de vehículos eléctricos en Europa y el tercero del mundo con más de 382.000 unidades vendidas. A pesar de las cifras, se esperaba mucho más por parte de los expertos del sector.
Uno de los principales obstáculos que se presentó para crear una red de recarga en farolas fue la falta de infraestructura de carga fiable en la vía pública. Para solucionarlo, el Ayuntamiento de Brighton anunció un acuerdo con la empresa Char.gy para instalas más de 6.000 cargadores en zonas residenciales, un proyecto de 130 millones de libras financiados con los fondos LEVI (para la infraestructura local de los vehículos eléctricos), otorgados previamente por el gobierno británico para las autoridades locales.
John Lewis, CEO de Char.gy, calificó este proyecto como “un hito para la movilidad eléctrica en el Reino Unido”, destacando la colaboración entre el sector público y el privado. Otras opiniones sobre este plan destacan que la instalación masiva de farolas generará confianza entre los usuarios y demostrará a otros municipios que es posible cubrir las necesidades del 30% de conductores sin punto de carga en casa.
Una adaptación sencilla
Destacar de este modo de recarga en las farolas que al tratarse de una recarga lenta no se requiere de una actuación técnica complicada para su adaptación. Además, es compatible con las necesidades del ciudadano, ya que puede ser utilizado durante la noche o en periodos de duración de aparcamiento medios o largos, equiparándose de esta manera a los puntos de recarga estándar instalados en las viviendas privadas.
Una alternativa prohibida en España
Otros países, entre ellos Portugal y Países Bajos, también han comenzado a explorar la idea ya sea de forma permanente o a través de programas piloto para evaluar la viabilidad de la idea y acogida entre los ciudadanos. En lo que respecta a nuestro país, en Valencia se intentó mediante la instalación de 22 puntos de recarga en farolas, pero se tuvieron que eliminar ya que la legislación española considera ilegal esta práctica.
El motivo por el que en España se considera que no es legal se basa en que la electricidad del alumbrado público tiene una normativa específica que no permite revender la misma. Una ley lógica en muchos casos, pero que seguramente convendría actualizar para permitir que situaciones concretas como la referida aquí, pues es beneficiosa para la sociedad.
