Una de las grandes preguntas que hay en torno a la llegada del nuevo Papa es cómo se fabrica la fumata blanca o negra, con la que nos dice si hay acuerdo sobre la figura del líder de la Iglesia Católica o no. Todos los ojos se dirigen hacia la chimenea de la Capilla Sixtina para ver si el humo que sale de ella es blanco, símbolo del acuerdo, o negro, del desacuerdo. Aunque se trata de una imagen icónica y universalmente reconocida, su fabricación no lo es tanto. Hablamos de una mezcla de tradición, ensayo y tecnología que ha evolucionado mucho durante las últimas décadas para evitar malentendidos.
El canal oficial
Durante más de un siglo, el humo que se eleva tras cada votación ha sido el único medio oficial para comunicar el resultado de las votaciones del cónclave. Es un sistema simple que en la antigüedad se utilizaba mediante una combinación de papeletas quemadas con paja seca para la fumata blanca y húmeda para la negra.
La claridad del mensaje no siempre estaba garantizada con el método anteriormente descrito. Así, en 1958, una nube blanca fue interpretada con la elección de un nuevo Papa, provocando vítores y el anuncio anticipado en Radio Vaticano. Minutos después, el humo se convirtió en negro.
Nuevas técnicas
Para evitar este tipo de confusiones, el Vaticano comenzó a probar nuevas formas de comunicar. En los años 60 se utilizaron bombas de humo para generar la fumata negra. Eran eficaces en cuanto al color, pero llenaban la capilla de una niebla tan densa que provocó problemas de saluda los cardenales. Más adelante se probó con bengalas del ejercitó italiano, que tenían al principio con color definido pero pronto derivaron en un humo grisáceo difícil de interpretar.
Un paso hacia lo moderno
Fue en 2005 cuando la Santa Sede apostó por la modernidad y adoptó un dispositivo auxiliar de emisión de humo controlado de forma electrónica. Este aparato podía liberar humo blanco o negro durante varios minutos, mientras se quemaban las papeletas en una estufa independiente. Durante años, el contenido de los cartuchos que se utilizaban fue un secreto celosamente guardado, descrito solamente como compuesto por “varios elementos diferentes”.
La fumata blanca y la negra
Años más tarde, el Vaticano revelaría la fórmula empleada en las fumatas. Para producir el humo negro se utiliza una combinación de perclorato potásico, un compuesto usado en fuegos artificiales, antraceno, derivado del alquitrán de hulla, y azufre. En cuanto al humo blanco, se logra al mezclar lactosa, el azúcar presente en la leche, y colofonia, una resina obtenida de los pinos. Estas mezclas permiten crear humos intensos y claramente distinguibles que eliminan cualquier tipo de duda sobre el resultado que hubo en la votación.
El método, afinado tras décadas de errores y ajustes, pretende garantizar que el mundo entero pueda entender un mensaje sin voz: si el humo es negro no hay Papa; si es blanco, la Iglesia Católica tiene un nuevo referente. Una tradición cargada de mística y que gracias a la ciencia y a la química puede seguir hablando claro a millones de personas con solo un soplo de humo.
¿A qué hora es la fumata?
El cónclave arranca este miércoles 7 de mayo y se rige por un protocolo muy preciso. Miles de millones de católicos estarán pendientes de la chimenea de la Capilla Sixtina, que indicará si hay sucesor del Papa Francisco.
Si en la primera votación de la mañana nadie obtiene la mayoría necesaria, no habrá fumata y se pasará directamente a una segunda ronda. Después, sobre el mediodía o la una, se hace una fumata que puede ser blanca o negra. Lo mismo ocurre por la tarde, si la primera votación es negativa se pasa a la segunda y entre las cinco o las siete de la tarde se hace fumata de un color u otro.
Esta rutina se rompe si en las primeras votaciones de la mañana o tarde hay acuerdo. En ese caso habrá fumata blanca a media mañana o a media tarde.