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«Se alquila japonés»: este es el pastizal que gana un hombre que decidió cobrar por su compañía y no hacer nada

por Antonio R.
15 de mayo de 2025
en Sociedad
"Se alquila japonés": este es el pastizal que gana un hombre que decidió cobrar por su compañía y no hacer nada.

"Se alquila japonés": este es el pastizal que gana un hombre que decidió cobrar por su compañía y no hacer nada.

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Shoji Morimoto es un ciudadano japonés que está sacando mucho partido a su persona. Su una actividad laboral, sin hacer nada en su día a día, es considerado por muchos como un auténtico emprendedor y los resultados económicos lo confirman. En apenas cuatro años, Morimoto ha tenido cerca de 4.000 sesiones en las que únicamente tuvo que acompañar a clientes en todo tipo de situaciones cotidianas, desde charlas tranquilas toando un café hasta despedir con una sonrisa a un desconocido. El coste de sus servicios está entre 61,8 y 185 euros, lo que le permite ganar unos 80.000 euros al año.

Así surgió la idea

Morimoto explicó a Reuters que todo comenzó cuando trabajaba para una editorial, pasando largas horas sin hacer nada y recibía constantes reproches de sus superiores. Así decidió sacar provecho a esa inactividad y ponerla a disposición de quien la necesitara.

Este japonés de 41 años asegura que sus clientes sólo buscan una compañía neutral que no opine ni interfiera, pero que brinde cercanía en momentos especiales. En otros casos se trata de personas que sienten vergüenza o incomodidad a la hora de realizar ciertas actividades en público, como es salir con ropa tradicional o simplemente tener un confidente silencioso.

Así funciona el negocio

La mayoría de los contactos con Morimoto se realizan por redes sociales, concretamente por X. Una vez recibe el mensaje de solicitud, acuerda lugar, hora y propósito de la sesión. Aunque sus honorarios oscilan entre los 61,8 y los 185 euro, dependiendo de la duración o tipo de acompañamiento, Morimoto reconoce que cada persona que contrata sus servicios lo hace por diferentes motivos. Hasta la fecha, uno de sus clientes más fieles ha llegado a requerirlo más de 270 veces.

Sus tarifas, que suelen variar en función de distancia, actividad y disponibilidad, son las siguientes:

  • Acompañamiento básico, dos o tres horas: 61,8 euros.
  • Acompañamiento personalizado: 185 euros.

Las actividades que realiza y cuáles rechaza

En sus 4.000 sesiones, Morimoto se ha topado con peticiones de lo más curiosas y es que algunas personas le pagan por tener a alguien con quien jugar en el parque, mientras que otras desean contarle sus historias de vida en un lugar desconocido.

Pero no acepta cualquier petición Morimoto, que marca unos límites. Entre las ofertas que rechazan están aquellas que suponen transportar objetos pesados, viajes a lugares muy lejanos y cualquier petición de carácter sexual. Su trabajo es dar compañía, no traspasar ciertas barreras personales ni correr riesgos innecesarios.

El día a día

Para quienes se pregunten qué ventajas tiene este trabajo en su rutina, Morimoto explica que gracias a estas actividades consigue sustentar a su familia, pues está casado y con un hijo. Los tres viven con los ingresos que obtiene, aunque no revela la cantidad exacta. Su media de clientes es de dos al día y cree que su éxito se debe a la ausencia de compromisos u obligaciones más allá de la compañía.

Entre las actividades habituales que ofrece a sus clientes encontramos:

  • Acompañamiento a un café para charlar o simplemente escuchar.
  • Visitar lugares poco concurridos en los que el cliente no desea ir solo.
  • Dar apoyo moral en situaciones incómodas o embarazosas.
  • Asistir a momentos especiales como despedidas o bienvenidas.

Puede sorprender, pero estamos ante un modelo de negocio que está cobrando interés en Japón. Morimoto asegura estar contento con la elección que tomó: “La gente tiende a pensar que mi ‘no hacer’ es valioso porque es útil para los demás… pero en realidad no pasa nada por no hacer nada. La gente no tiene por qué ser útil de ninguna manera específica”.

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