A pesar de tener todo lo necesario para ser feliz, hay personas que sienten que les falta algo. Es lo que los expertos denominan el síndrome de la vida vacía. Existe la estabilidad laboral, la emocional y también familiar; no hay problemas importantes que supongan un impedimento para ser felices, pero ni así. Echan en falta algo, no se sabe qué. Porque lo tienen todo, pero no es suficiente para sentirse llenos.
Aunque algunos pueden considerar que estas personas son simplemente egoístas por no valorar nada de lo mucho que tiene, no es el caso. La realidad es una cosa bien diferente a lo que pasa dentro de cada persona, completamente distinto lo exterior a lo interior. Porque se ha demostrado en más de una ocasión que se puede tener éxito en la vida pero no ser feliz.
Los motivos que causan la apatía
Marian Rojas, psiquiatra, habló sobre el síndrome de la vida vacía en sus redes sociales y lo definió como “esa sensación de insatisfacción, apatía y vacío emocional que algunas personas sienten” incluso cuando da la sensación de que tiene una vida totalmente “perfecta”.
En ocasiones, para tapar este vacío, se recurre a “compras, redes sociales, comida, alcohol o relaciones superficiales, sin éxito real”. Al final, este tipo de personas, acaba experimentando una especie de “sensación de desconexión emocional” en la que “nada te ilusiona como antes”. Por lo tanto, lo que estas personas necesitan de forma constante es la novedad y una serie de estímulos en busca de la emoción.
Además de todo esto, la persona que sufre este síndrome puede sentir “una falta de propósito o sentido del día a día” y presentan dificultados para estar a solas consigo mismo, pues aparece la sensación de ansiedad o tristeza “sin motivo aparente”.
Es por ello que Rojas, a todos sus pacientes, que tiene esa sensación de vacío les recuerda lo importante que es “vivir con más sentido, con un propósito que no tanto “hacer más”.
Los motivos por los que ocurre
La psiquiatra comenta que en ocasiones “vivimos con el piloto automático” y pese a que estamos rodeados de estímulos, responsabilidades y distracciones, estas personas sufren una sensación “profunda de vacío”. De ahí viene el síndrome de la vida vacía.
En cuanto a los factores, son muchos lo que pueden provocarlo según Rojas, entre los que están “el ritmo acelerado que llevamos, la presión social, las carencias materiales y la desconexión emocional”, que en ocasiones hacen que las personas busquen la satisfacción inmediata.
Para Rojas, otro motivo es que estamos ante una “sociedad dopaminérgica”, nos sentimos obligados a buscar el “placer rápido” en lugar de encontrar el verdadero bienestar profundo. Así, comenta que “nos enfocamos en lo externo y nos olvidamos de mirar hacia adentro”. Añade también que “la falta de reflexión y autoconocimiento agrava la sensación de vacío”.
¿Cómo se puede recuperar la ilusión?
Pero no todo está perdido, se puede dar la vuelta a la situación. Según recomienda Marian Rojas a sus pacientes, hay cinco cosas que dejan a un lado la ansiedad y mejora el estado de ánimo:
- Conectar con uno mismo. Rojas recomienda hacer pausas en la rutina, respirar y que la persona se haga la pregunta de qué se necesita realmente.
- Invertir tiempo en el crecimiento personal mediante actividades lucrativas como leer, aprender cosas nuevas, buscar nuevos intereses…
- Rodearse de personas que sumen y que no resten, buscarlas.
- Buscar el propósito en todo lo que se hace porque hasta el detalle más pequeño tiene su importancia.
- Intentar reducir estímulos vacíos como los que ocasionan las conexiones digitales y dar mucho más valor a las experiencias reales.