Los usuarios de teléfonos móviles valoran, cada día más, la resistencia de los dispositivos. Entre las característica que se tienen en cuenta está la resistencia al agua y a los líquidos, ya que es común perder un móvil por haberlo sumergido, voluntaria o accidentalmente. Cuando esto ocurre, David Calvo, experto en reparación de móviles, nos indica que es lo que debemos hacer para recuperarlo, como por ejemplo evitar cargarlo. Lo ideal, mantener la cabeza fría y no realizar ciertas acciones.
La recomendación es llevarlo a un servicio técnico, donde tienen las herramientas necesarias para salvarlo. Y es que aunque no veamos nada raro, “los problemas pueden venir una o dos semanas después, aunque el móvil esté en funcionamiento bien en las horas siguientes a la inmersión”. Esto es algo que mucha gente no sabe y se despreocupa al ver que no hay daños inmediatos.
Lo que no hay que hacer
Desde que aparecieron los móviles en el inicio del siglo XX, hemos visto como han aparecido muchas soluciones para arreglar la caída de un dispositivo al agua, muchas de ellas haciéndose famosas. Un de ellas es la de meter el móvil en arroz para absorber la humedad. En teoría, no es mala y puede ayudar un poco, pero el problema es que, según el experto, “la gente los deja en arroz uno o dos días y justo después, los pone a cargar. Esto es algo que jamás se ha de hacer”. El motivo, “mientras haya algo de agua o humedad no se debe meter nada de corriente eléctrica a la placa base, que es donde se conecta el cargador”.
Ante la duda de cómo proceder, Calvo explica que en realidad no hace falta ni meterlo en arroz, que lo mejor es llevarlo a un servicio técnico dado que ahí es dónde están las herramientas necesarias para poder eliminar la humedad y el agua. Tampoco conviene “darle con un secador para eliminar el líquido, eso no funciona”.
Cómo se puede eliminar la humedad
Lo ideal es llevarlo a un servicio técnico, pues en estos establecimientos pueden usar la máquina de ultrasonidos con un líquido especial que desplaza el agua del interior del móvil. La estrategia es sumergir el móvil en un líquido que mueve el agua lejos de los circuitos.
La clave es que ese líquido (alcohol isopropílico o agua destilada) no es capaz de transmitir la corriente, no es conductivo, como sí lo es el agua, por lo que aunque esté sumergido no hay ningún tipo de riesgo para el dispositivo. Es importante limpiar lo antes posible el agua, para que le dé tiempo a corroer los elementos internos metálicos del teléfono.
Además, hay casos en los que los problemas de humedad no se deben a que el teléfono se haya sumergido, puede que sea por el ambiente húmedo, como un baño. Esto también lo pueden detectar los técnicos fijándose “en el sensor de humedad interno de los móviles, que es de color negro pero se vuelve rojo cuando se ha detectado humedad”.
Móviles resistentes al agua
Según el experto, “no todas las marcas se comportan igual a la hora de resistir la inmersión en líquidos”. Por ejemplo, Samsung, según su experiencia profesional, “es una marca “que responde bien ante este tipo de situaciones. He visto mojarse muchos modelos de esta marca y han resistido bien” y que hay otros como móviles Apple que “tras un mes ya han dado problemas en ese sentido”.
Con los móviles resistentes no es recomendable sumergirlos en el mar, “porque la sal es tremendamente dañina para los componentes eléctricos. La sal es lo peor en estos casos, es muy corrosiva”. De hecho, aunque parezca raro, “a veces es peor una inmersión accidental en casa, con el agua del grifo, que en una piscina con cloro”.
Por último, deja claro que aunque el dispositivo tenga resistencia al agua “un mal uso del mismo puede dañarlo y que, aunque se consiga recuperar, es importante que jamás se vuelva a mojar porque ya no está certificado contra esa exposición a líquidos”.