Todos aquellos que cuentan con una segunda residencia tienen un aviso importante para el futuro, algo que les afectará de forma directa. Hacienda quiere considerar como “improductiva” las viviendas que no estén alquiladas y por tanto se endurecerá la fiscalidad sobre las mismas ya que se elevará el impuesto al 3% respecto a como está en la actualidad, 1,1%. Todo esto puede suponer tener que pagar más al año, en ocasiones cerca de 10.000 euros.
La proposición de Ley presentada por el Ejecutivo aumentará la renta sobre el valor catastral de los inmuebles vacíos. Lo hará con el objetivo de incentivar que estas viviendas salgan al mercado del alquiler y alivien la presión sobre los arrendatarios, especialmente los más jóvenes. Estos, con salarios ajustados, siguen en su mayoría en casa de sus padres.
A modo de ejemplo, los cambios quedarían de la siguiente manera:
- Si el valor catastral es de 100.000 euros, se está pagando en la actualidad 1.100 y con el nuevo impuesto se pagarán 3.000 euros, una diferencia de 1.900 euros.
- Si el valor catastral es de 200.000 euros, se pagan 2.200 euros y se subirá a 6.000 euros. Una diferencia de 3.800 euros.
- Si el valor catastral es de 500.000 euros, se pasará de pagar 5.500 euros a 15.000, nada más y nada menos que 9.500 euros.
A todo esto, se aplicaría un IVA del 21% a las viviendas turísticas para equipararlas a una actividad económica.
La documentación que se debe presentar ante Hacienda
Para demostrar ante Hacienda que una vivienda está alquilada es necesario presentar una serie de documentos, entre los que se encuentran:
- Contrato de arrendamiento vigente.
- Justificante de pago, como transferencias o recibos bancarios.
- Depósito de la fianza en el organismo autonómico competente.
- Certificado energético y cédula de habitabilidad a día.
Sin esta documentación, Hacienda puede considerar que la vivienda está vacía.
Desde el Gobierno, se compensa este aumento con incentivos de hasta el 90% en el IRPF para todos aquellos que alquilen por primera vez en “zonas tensionadas”. En la práctica, un propietario podría pasar de pagar 6.000 euros a 600 euros, siempre que se firme un contrato de larga duración y rebaje la renta inicial un 5%.
Incompatibilidades con otras bonificaciones
Cada Comunidad Autónoma tiene sus propias deducciones por alquiler o rehabilitación. Así, el contribuyente deberá verificar que las nuevas rebajas que llegan desde el Gobierno central chocan con las autonómicas para evitar regularizaciones posteriores. Por eso, se recomienda repasar la normativa regional antes de presentar la Declaración de la Renta. También es conveniente que los propietarios sigan estos consejos, a fin de evitar sobrecostes y agilizar su Declaración:
- Alquilar cuanto antes, incluso con un contrato temporal demostrable para evitar el impuesto del 3%.
- Revisar el valor catastral, lo que puede ahorrar miles de euros.
- Guardar justificantes de pagos, recibos y comunicaciones.
- Consultar con un asesor.
En resumen, el mantener una vivienda cerrada podría constar mucho más de lo que uno se puede imaginar.
Los economistas, muy críticos
No han tardado en aparecer las críticas en todos los sectores y uno de ellos es el de los economistas. El Consejo General de Economistas (CGE) descarta que esta medida, aumentar el 3% el impuesto, sea fructífera: “No creemos que aumentar el coste fiscal induzca a que los propietarios pasen a ofrecer el inmueble del alquiler”, subrayando además el “carácter confiscatorio de la medida”.
Además, desde el Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF), también se ha mostrado crítico con otras medidas en materia de vivienda, como el aumento del IVA al 21% a los pisos turísticos, algo que consideran trasladará la oferta a la industria hotelera y quizá provoque que el turismo “se resienta”.
