España ha vivido estos días con mucho calor, y lo que le queda. Cada verano la sensación es de que las temperaturas son más elevadas, no solo durante el día, sino también al caer la noche, cuando lo que no cae es el mercurio. Así, con este marcando demasiados grados, muchas personas se enfrentan a problemas para conciliar el sueño, lo que, inevitablemente, afecta de manera directa, además de al propio descanso, al bienestar del día a día.
Lo más fácil, aunque también costoso, es recurrir a dispositivos de climatización para tratar de aliviar esa sensación, si bien un experto en este ámbito y con presencia en redes sociales como es el doctor Felices aboga por otras alternativas para refrescarnos por las noches; concretamente, recurriendo a tres consejos prácticos y efectivos con los que, dice, podemos activar «el aire acondicionado natural del cuerpo» de manera sencilla y aprovechando la fisiología humana para reducir el calor de forma natural.
Las muñecas, en agua fría
El primero de los tips que ofrece el doctor Felices consiste en sumergir directamente las muñecas en agua fría durante aproximadamente 30 segundos. De esta manera, según explica, «enfrías la sangre que va directa a tu cuerpo y bajarás medio grado la temperatura durante los primeros minutos después de meterte en cama». Esta sencilla técnica busca aprovechar los puntos de pulso -que son aquellos en los cuales los vasos sanguíneos se encuentran más cerca de la piel propiamente dicha-, de tal manera que enfriaremos rápidamente la sangre que circula por todo nuestro organismo.
Calcetines humedecidos
El segundo de estos consejos puede sonar extraño, puesto que tiene que ver con calcetines -sí, con calcetines-. Lo que indica el galeno es que debemos ponernos calcetines ligeramente humedecidos y enfriados en el congelador, aunque no en la manera habitual, cubriendo los pies, puesto que eso haría el efecto contrario y dispararía nuestra temperatura corporal «y te haría despertarte a las cuatro de la mañana asado de calor». Aboga, a cambio, por rodearte los tobillos con ellos, enfriando así esos puntos del cuerpo por los que la circulación de la sangre es más superficial. Esto, considera, genera una sensación refrescante que se mantiene durante parte de la noche.
Agua fresca sobre la sábana
Una última alternativa ofrecida por el doctor Felices viene del Antiguo Egipto, y consiste en pulverizar «agua fresca sobre la sábana hasta que quede humedecida por completo». Según él, una vez el agua -pulverizada, que no arrojada cuan fuente- se evaporará y bajará unos grados la temperatura, generando una sensación similar «a dormir con el aire acondicionado». Este método se aprovecha el principio físico de la evaporación, que consume el calor del entorno para transformar el agua en vapor, generando así un efecto refrigerante natural en la superficie de la cama.
Consejos contrastados para dormir mejor
Estos métodos son de desarrollo casero, pero no son los típicos trucos que uno no sabe cómo funcionarán; sin fundamento. Más bien al contrario: existen diferentes estudios realizados por científicos que han demostrado que la temperatura corporal juega un papel fundamental en la calidad del sueño, dado que el organismo reduce de manera natural su temperatura interna durante las fases iniciales del sueño para favorecer la entrada en las etapas más profundas de este y más reparadoras del descanso… algo que el calor no acaba de favorecer.
No en vano, la temperatura ambiental elevada ejerce de ‘contrapeso’; aunque el cuerpo haga por bajar la temperatura corporal, el proceso natural se dificulta por un entorno pesado, que provoca despertares frecuentes, sueño fragmentado y una sensación general de cansancio al día siguiente.
De los métodos propuestos, la técnica de enfriar las muñecas y tobillos está respaldada por estudios relacionados con la termorregulación que identifican estas como “radiadores naturales” del cuerpo humano. Por su parte, el método egipcio de humedecer las sábanas se ha utilizado durante siglos en climas desérticos y se basa en principios físicos que están perfectamente contrastados sobre la evaporación como proceso endotérmico.
Los expertos en medicina del sueño recomiendan que la habitación esté a una temperatura entre los 18º C y los 21º C para un descanso óptimo, algo difícil de conseguir en muchos hogares de nuestro país durante la época de verano si no se utilizan sistemas de climatización. Por ello, técnicas como las que recomienda el doctor Felices son valiosas para aquellos que no disponen de aire acondicionado o buscan alternativas más económicas.