El Ayuntamiento de Santiago de Compostela ha aprobado una medida histórica: una ordenanza municipal de carácter fiscal que regulará por primera vez una tasa turística en Galicia. La adopción de esta medida ha sido respaldada por la práctica totalidad de los grupos políticos del Consistorio santiagués y ha establecido un pago de un impuesto que oscilará entre el euro y los 2,5 euros, en función de la categoría del establecimiento en el que se hospede la persona y con un máximo de cinco días de cobro.
Esta suerte de gravamen a los visitantes que pernoctan en Santiago de Compostela viene a sumarse a otras tasas turísticas aprobadas previamente en territorio español, como ha sucedido en Cataluña, en la Comunidad Valenciana o en las Islas Baleares, donde ya se aplican impuestos semejantes a los turistas que duermen en sus ciudades. De esta manera, tanto los territorios anteriores como el Ayuntamiento de Santiago buscan compensar el impacto económico que tiene para los servicios de titularidad municipal, así como para los lugareños, el flujo de turistas que frecuenta el municipio, que se sustenta, sobre todo, en el Camino de Santiago.
Con los fondos que se recauden, tal y como han confirmado las autoridades locales, se pretende mejorar las infraestructuras que tienen a su disposición los turistas, así como preservar el patrimonio histórico y artístico y desarrollar nuevas iniciativas y actividades que sirvan para fomentar un turismo más sostenible que el actual, además de respetuoso con la identidad del propio territorio.
Autoliquidaciones cada seis meses
La portavoz del Ayuntamiento de Santiago de Compostela, Míriam Louzao, explicó el trasfondo de esta medida, además de cómo se llevará a cabo el pago. Según sus palabras, este ‘tasazo’ al turismo se cobrará a través de autoliquidaciones con una periodicidad de seis meses por parte de los establecimientos hoteleros. Asimismo, ella misma se refirió a esas inversiones a las que dará pie, explicitando que serán «gastos vinculados a la promoción, el impulso, la protección, el fomento y el desarrollo de un turismo sostenible».
Con todo, la edil santiaguesa lamentó que la Ley Autonómica en la que se ampara la implementación de la medida no se resolviese en la forma en que el consistorio compostelano deseaba, dado que considera «más adecuado» que fuera la Xunta de Galicia la encargada de recaudar este gravamen a través de su Agencia Tributaria. De igual manera, y volviendo a sus fines, amplió diciendo que la tasa tiene como objetivo el «equilibrar los desajustes» que provoca en los presupuestos municipales tener que desarrollar unos servicios con base en «el número de residentes», cuando, realmente, es «mucho mayor» el nivel de gasto que provocan todos los habitantes de la ciudad, incluyendo los estacionales.
Un amplio respaldo político
El pleno municipal en el que se aprobó la tasa impuesta al turismo dejó claro que los grupos políticos que forman parte del Ayuntamiento de Santiago de Compostela están, en su gran mayoría, a favor, empezando por los concejales no adscritos, a los que representa Mercedes Rosón, y quien cree que con esto se va «a mejorar» la oferta turística de la ciudad» y a «protegerla como un destino único», y no a castigar a los visitantes. En una línea similar se manifestó Sindo Guinarte, del PSOE, cuyo único lamento fue la «falta de diálogo con el sector» durante la elaboración de una ordenanza aplaudida también por Compostela Aberta, quien propuso algo parecido en 2015.
«Solo había que abrir los ojos y mirar a Europa», aseveró María Rozas, la portavoz de esta formación, haciendo alusión a las numerosas ciudades del Viejo Continente en las que se aplican gravámenes de este tipo, en contra de la opinión de terceros como el Partido Popular, que se cuestionaba, en boca de Borja Verea, «a dónde se van a dedicar esos fondos» y que calificaba de «una chapuza improvisada» la gestión que se espera de este tributo.
Los motivos por los que Santiago necesita una tasa turística
Dejando a un lado los múltiples universitarios que duermen en la ciudad durante el curso, y que tampoco están empadronados en ella, Santiago de Compostela recibe cada año a millones de visitantes; fundamentalmente, a través del Camino de Santiago. Aunque estos visitantes gastan en la ciudad de otra manera, los gastos que generan son considerables y han crecido en los últimos años, generando una presión sobre los servicios públicos y sobre el espacio urbano que hasta ahora ha sustentado de otra manera el presupuesto municipal.
La tasa pretende corregir este desequilibrio haciendo que los turistas contribuyan de forma directa al mantenimiento y mejora de los servicios e infraestructuras que utilizan durante su estancia en la ciudad. En palabras de la alcaldesa, Goretti Sanmartín, estamos ante “un impuesto que pagarán las personas visitantes que usan los alojamientos por motivos turísticos para equilibrar los costes”.