La puerta del Sol es una visita obligada para todos aquellos que acuden a Madrid. Allí se encuentra también el Oso y el Madroño, que en las últimas semanas se ha convertido en uno de los monumentos más demandados de la capital de España, en el que hay largas colas de turistas para sacarse una foto. Según se ha sabido por redes sociales, tocar la estatua trae buena suerte e incluso se diferencia qué puntos hay que tocar dependiendo de dónde es la persona que lo hace, si madrileña o ha llegado de otra parte del país o extranjero.
Lo que ahora está pasado con el Oso y el Madroño se ha vivido en otros puntos de Europa e incluso con mayor intensidad. Así, el ayuntamiento de Dublín le tuvo que poner escolta a la estatua de Molly Malone para evitar que los turistas le manosearan los pechos. Incluso los dirigentes de la ciudad irlandés pensaron en elevar el monumento para dejar su generoso busto de bronce fuera del alcance de las manos de los visitantes.
Ha perdido intensidad de tanto toqueteo
Lo primero que uno aprecia cuando se acerca al mamífero es que hay cola para obtener una foto junto a él. Y, después, que ha perdido su tonalidad, ahora está a dos colores. La mayor parte del mismo presenta un tono oscuro, pero una de las patas y la cola son algo más claras, casi doradas. El motivo es que se desteñido, en gran medida, por el toqueteo de los visitantes.
¿Qué hay que tocar?
Si en Irlanda se asegura que tocar los pechos de Malone trae buena suerte, no está tan claro lo que hay que tocar en el oso de la Puerta del Sol. Por redes sociales circulan diferentes versiones. Una de ellas asegura que si la persona es de fuera de Madrid le traerá buena suerte y le ayudará a regresar a la ciudad. Otras dicen que lo que hay que tocar es el talón o que el objetivo cambia dependiendo del origen de la persona que toca al animal: si eres madrileño hay que ir al robo, si eres visitante la pata.
La explicación de este fenómeno
El motivo por el que la gente acaricia esculturas, al menos en el caso del oso madrileño, la daban en redes sociales y es que la gente tiene el impuso de tocar estatuas y con el paso del tiempo eso acaba dejando una huella en la superficie de los monumentos que llama la atención de más y más personas.
De esta forma, el hábito crece y se retroalimenta hasta que se convierte en tradición. Todo aumenta cuando se busca el mejor selfie para colocar en redes sociales.
¿Quién fue el primero en tocar el Oso y el Madroño?
En estos casos, la pregunta que surge es la de siempre: ¿Quién fue el primero en tocar la escultura? ¿Cómo se expandió? Las respuestas también son variadas. De acuerdo con el historiador José Manuel Moreno, esto no es una “moda nueva” y apunta a que hay otras esculturas que son víctimas del toqueteo, como por ejemplo El Vecino Curioso, situado en la calle Mayor con Almudena. A la misma, la gente le toca el culo en busca de fortuna.
Pero las redes sociales también tienen su cuota de protagonismo. Si bien puede ser que el hábito del manoseo venga de años atrás, el poder de las redes sociales ha hecho que se expanda todavía más: “Lo he visto en TikTok”, es la frase que dicen muchos. Y se han visto muchos vídeos de personas que acuden a la Puerta del Sol para tocar la estatua.