Los coches electrónicos marcan al actualidad del ámbito automovilístico mundial y no sólo por sus características o controversias que puedan surgir alrededor de los mismos. también por un problema cada vez más importante en este tipo de modelos, sobre todo si estos no son ciberseguros. Los delincuentes tendrían mayor facilidad para acceder al Sistema de Gestión de la Batería para modificar parámetros de gestión, provocar una sobrecarga de la misma o que rendimiento de esta sea inferior al establecido. Todo esto podría poner en peligro ya no sólo la privacidad de los que están en el coche, también la vida de los que están en su interior.
El robo, un problema cada vez más frecuente
En España, el robo de vehículos es un problema importante, pues cada día se sustraen 89 coches según las cifras del Ministerio del Interior. Una de las técnicas más sofisticadas que se llevan a cabo es el hackeo, una técnica que consiste en acceder de forma ilícita al sistema informático del vehículo para manipularlo o tomar su control, ya sea de forma total o parcial.
Por desgracia, a día de hoy, existen múltiples métodos para vulnerar la ciberseguridad de un coche, lo que obliga a los fabricantes a actualizar constantemente su software. Con la tecnología, mejora la seguridad y la experiencia del conductor, pero también se abre la puerta a nuevas amenazas digitales. Y los delincuentes están preparados para ello.
¿Cómo acceden los hackers al softwares del coche?
Lo pueden hacer mediante herramientas de acceso físico, que se conecta físicamente al vehículo a través del puerto OBDII o puerto USB, o de acceso inalámbrico mediante el sistema WIFI o al Bluetooth que utilizan los vehículos para establecer comunicaciones con otros dispositivos móviles o con las infraestructuras de movilidad con las que interactúan.
¿Cómo acceden a los coches eléctricos?
En el caso de los eléctricos, la amenaza es mucho mayor ya que los delincuentes, si el vehículo no es ciberseguro, podrían tener acceso al Sistema de Gestión de la Batería con la intención de modificar parámetros de gestión, provocar una sobrecarga de la batería o que el rendimiento de la batería sea inferior al establecido.
Si lo consiguen, el nivel de seguridad del vehículo limitará o impedirá el ataque. En el peor de los casos, si el vehículo no cuenta con la protección correcta, el hacker podría llegar a robar, manipular o suplantar mensajes reales del coche y pondría en peligro la privacidad de los que están dentro del mismo y, lo más importante, su integridad física.
Para evitar este problema y sus graves consecuencias, la normativa europea de ciberseguridad para vehículos, la UNECE/R155, obliga desde 2024 a que los fabricantes coches, camiones, autobuses, furgonetas y remolques cumplan con unos requisitos mínimos de ciberseguridad para poder vender o fabricar sus vehículos en el viejo continente. También obliga a los fabricantes a someter a los vehículos a una serie de pruebas de ciberseguridad que verifiquen que los automóviles que fabrican ciberprotegen la privacidad y la vida de sus pasajeros.
¿Qué buscan en los vehículos eléctricos?
Si tienen acceso, el objetivo es que el coche quede inoperativo y para ello podrían engañar al Sistema de Gestión de la Batería, que informaría de que la misma está totalmente descargada cuando realmente cuenta con carga para circular durante cientos de kilómetros.
Por tanto, es importante que el coche esté ciberprotegido para no caer en manos de los unos delincuentes que podrían poner en riesgo la vida del propietario y de aquellos que están dentro del vehículo.
