La actualidad social y económica, para bien y para mal, se refleja también en la forma en la que los consumidores acuden a los supermercados. En estos momentos, en los que la inflación y la incertidumbre económica son protagonistas, en nuestro país los clientes de las cadenas mantienen su compromiso por una alimentación saludable, cercana y responsable, pero que haga también el mínimo daño posible al bolsillo. Son las principales conclusiones del informe Voice of the Consumer 2025, elaborado por PwC, en el que se analizan los hábitos de más de 21.000 personas en 28 países diferentes, entre ellos España.
Así, la salud y el origen de los alimentos siguen siendo prioritarios, sobre todo en nuestro país, donde el 66% de los encuestados manifiestan su preocupación por los productos ultraprocesados y el uso de pesticidas. Aunque, a la hora de llenar la cesta de la compra, el precio es el factor clave para el 61% de los españoles por delante del sabor, la confianza en la marca e incluso el valor nutricional.
Alimentación consciente
Más de la mitad de los consumidores encuestados reconoce que han tenido dificultades económicas para pagar sus gastos mensuales, lo que genera un cambio profundo en los hábitos de compra. A pesar de que el objetivo es comer mejor, desperdiciar lo menos posible y consumir de forma más sostenible, los consumidores se ven obligados a buscar soluciones más asequibles y prácticas.
De esta forma, según el informe, el 51% está dispuesto a cambiar de marca en busca de un mejor equilibrio entre el premio y valor, lo que representa una gran oportunidad para marcas que ofrezcan alternativas económicas sin renunciar por ello a la calidad. Además, un 49% ha comenzado a aprovechar las sobras de una mejor forma y un 48% busca activamente promociones. Por otro lado, un 45% planifica sus comidas con antelación como parte de su estrategia de ahorro.
Este cambio en el comportamiento también tiene un significado ecológico, pues el 66% sólo compra lo que realmente necesita para reducir el desperdicio de alimentos. Se trata de una evolución hacia un consumidor más racional, práctico y comprometido con el entorno.
El precio de la sostenibilidad
Uno de los grandes dilemas que revela este informe es la brecha que existe entre la intención y la acción en cuanto a materia medioambiental. A pesar de que más el 80% de los encuestados se declara preocupado por el cambio climático, sólo un 44% está dispuesto a pagar más por productos que apoyen el medioambiente.
Esta contradicción supone todo un desafío para las marcas, que deben encontrar formas de incorporar la sostenibilidad como parte integral de su propuesta de valor sin trasladar al consumir un gasto extra. Serán los modelo de negocio que logren esa eficiencia los mejor posicionados para crecer en un mercado cada vez más exigente.
El nuevo ecosistema de consumo en los supermercados
El canal de compra también está cambiando. Aunque los supermercado son la opción preferida por el 89% de los españoles, las tiendas de barrio, los distribuidores especializados y los mercados locales siguen ganando terreno por su capacidad para ofrecer productos de cercanía, frescos y con un mayor vínculo con el territorio.
Además, el 38% de los consumidores han apostado en alguna ocasión por fórmulas innovadoras como los servicios de suscripción o los kits de comida a domicilio, lo que indica una apertura creciente a nuevos formatos más personalizados y flexibles.
A todo ello, añadir que la tecnología se ha colado en la cesta de la compra, con un 70% de los clientes que ya utiliza aplicaciones de salud y otro tipo de dispositivos para mejorar sus hábitos. Para las empresas, esto es una gran oportunidad para conectar salud, tecnología y convivencia en un solo ecosistema.
