La Dirección General de Tráfico (DGT) ha sorprendido con el anuncio de una nueva señal de circulación. Días atrás se conocieron más de 110 novedades, muchas modificadas, que el Ministerio del Interior confirmaba tras aprobarlas el Consejo de Ministros mediante un Real Decreto. Entre ellas no se encontraba la última, denominada S-991c y que recibe el nombre de Control de semáforo en rojo, que nos puede ayudar a evitar sanciones de hasta 200 euros y 4 puntos del carnet de conducir.
Las nueva señales de Tráfico tienen el objetivo de “recoger los cambios sociales, tecnológicos y de movilidad experimentados en las dos últimas décadas, con el objetivo de mejorar la seguridad vial y la eficacia de la gestión del tráfico”. En la misma se incluye la S-991c, que como las restantes ha entrado en vigor este mes de julio y deberá añadir en el plazo de un año. Su inclusión en los exámenes, eso sí, se hará en un plazo mínimo de tres meses, para que pueda ser posible la actualización de los manuales y para que los aspirantes puedan tener tiempo de adaptarse a la nueva normativa impuesta por el organismo de Tráfico.
En concreto, con esta nueva señal introducida por la DGT, la S-991c, se establece un “nuevo pictograma denominado Control de semáforo en rojo e indica la existencia de un dispositivo de control de paso con semáforo en rojo”. Los conductores deben conocerla ya, o cuanto antes, ya que según los últimos datos hay un aumento considerable en el número de este tipo de controles por toda la geografía nacional.
Nuevas señales: más de 550 radares-cámaras de semáforo en nuestro país
Tras la publicación de la cuarta edición del Observatorio de Radares en España, que es elaborado por Coyote, se pone de manifiesto que de los 3.395 radares totales que se localizan por todo el territorio nacional, un total de 566 corresponden a estos radares-cámaras de semáforo. Y hay que tenerlos muy en cuenta, ya que la multa que cae si la infracción se considera grave puede ser de hasta 200 euros y la retirada de 4 puntos del carnet de conducir.
Estos radares de semáforo, como son conocidos popularmente, se han ido instalado sobre todo en las grandes ciudades de cara a garantizar la seguridad vial frente a accidentes o atropellos. Estos dispositivos se suelen situar en un poste similar al de los semáforos, a unos 25 metros de la línea de detección o el punto de parada obligatoria del vehículo. Se calcula que, en estos momentos, en Madrid ya ha colocados más de 35 controles de estas características, mientras que en la ciudad de Barcelona superan las cuatro decenas en sus calles.
El funcionamiento de estos radares de semáforo, que pronto se advertirán con la nueva señal S-991c de la DGT, consiste en la utilización de cámaras de vigilancia que se activan una vez el semáforo se pone en ámbar o en rojo. Una vez que está activado, la cámara saca dos imágenes: una antes de la línea de detección y otra una vez que el vehículo ha cruzado por completo el semáforo. La validación de la multa se basa en tener esas dos fotos, una con el semáforo en ámbar o rojo, y otra que sea clara la matrícula del coche o de la moto.
Desde las asociaciones de automovilistas, como AEA o Dvuelta, siguen cuestionando desde hace años la legalidad de este tipo de dispositivos de control para sancionar, ya que centenares de sentencias judiciales han dado la razón al conductor por la falta de garantías del sistema.