En cuanto al rendimiento aerodinámico en automóviles, el difusor del coche es un componente realmente importante. Aunque su origen esté vinculado al mundo de las competiciones, cada vez es más habitual verlo en vehículos convencionales ya sea por su funcionalidad o simplemente por motivos estéticos. Estamos ante una herramienta que mejora la adherencia del vehículo al suelo, especialmente en altas velocidades, ofreciendo una mayor estabilidad.
Muchos son los que se preguntan si tiene sentido instalar un difusor en un coche de uso diario. Para entender esto y saber cuándo puede marcar la diferencia y cuándo no, conviene repasar su funcionamiento, los tipos existentes y los aspectos legales que hay que considerar.
¿Qué es y para qué sirve un difusor?
El difusor es una pieza situada en la parte trasera baja del vehículo, justo por debajo del paragolpes. Su función principal es optimizar el flujo de aire que circula por debajo del coche, canalizándolo para generar carga aerodinámica sin aumentar el peso.
Los beneficios de la función aerodinámica
Gracias a su diseño, el difusor reduce la presión del aire bajo del coche, lo que mejora la adherencia del vehículo al suelo, especialmente a altas velocidades, ofreciendo una mayor estabilidad, mejor paso por curva y una conducción más precisa sin comprometer el consumo de combustible.
La estabilidad sin sumar peso
Mientras que otros elementos aerodinámicos como los alerones generan resistencia frontal, el difusor no lo hace. Su eficiencia lo convierte en una opción ideal para mejorar el comportamiento dinámico del coche sin penalizar la ligereza.
Los difusores: ¿funcionales o decorativos?
- Utilizados sobre todo en coches de competición o deportivos de alta gama. Está fabricados con materiales como fibra de carbono o aluminio y sí influyen en el comportamiento dinámico, contribuyendo hasta en un 50% del efecto suelo en algunos casos.
- Estéticos. Son los más comunes en los coches urbanos y SUV. Se instalan por diseño y suelen estar fabricados en plástico o materiales ligeros. No aportan mejoras técnicas reales, aunque sí modifican el aspecto del coche, haciéndolo más deportivo.
¿Se debe homologar un difusor? ¿Es obligatorio?
No todos los difusores necesitan estar homologados, pero se deben respetar determinados criterios técnicos.
En cuanto a la obligatoriedad, si sobresale más de 10 centímetros respecto a la carrocería, interfiere con luces, sensores o la matrícula, o está integrado con elementos como el escape, entonces es necesario homologarlo. También será obligatorio si modifica de forma significativa el paragolpes o afecta a la estructura del coche.
Los requisitos técnicos
- Los bordes deben tener un radio de curvatura mínimo de 5 milímetros.
- No puede obstaculizar ningún sistema de señalización.
- Debe respetar los límites de medidas establecidos en la ficha técnica.
- Si incluye una salida de escapa, esta no debe sobresalir más allá del difusor.
¿Cómo se homologa un difuso de la manera adecuada?
La documentación necesaria es la siguiente:
- Informe técnico de un ingeniero.
- Certificado de instalación emitido por el taller.
- Fotografías del vehículo antes y después de la modificación.
- Copia de la ficha técnica y del permiso de circulación.
¿Tiene sentido instalar un difusor en un coche convencional?
Depende de para lo que se quiera. Si lo que se busca es una estética más deportiva y el difusor no requiere homologación, es una mejora interesante y fácil de ejecutar. Si, por el contrario, se busca un mejor rendimiento a nivel aerodinámico, lo que se deberá hacer es apostar por un modelo funcional de calidad y asegurarte de que se instala de la manera adecuada.
