Si la empresa no tenía motivos para despedirlo, tras descubrirse el pastel tenía más que justificado el dejar de contar con su empleado. Hablamos de un vecino de la localidad de Lantejuela, en la provincia de Sevilla, que fue detenido por los agentes de la Guardia Civil y ha sido acusado de defraudar 18.884 euros tras utilizar de forma continuada la tarjeta bancaria de la compañía que había dejado de contar con sus servicios recientemente. Los cargos se generaron al repostar gasolina para su vehículo particular a espaldas de los jefes.
Una investigación al detalle de la Guardia Civil
El caso respecto a este trabajador se inició cuando el representantes de la empresa en la que había trabajado denunció en el cuartel de la Benemérita de Los Alcores, Sevilla, movimientos no autorizados por una cantidad cercana a los 19.000 euros. Antes de acudir a las dependencias de la Guardia Civil, para estar seguros de todo, desde la empresa se verificó de forma interna que ninguno de los empleados de su plantilla en ese momento u otras personas autorizadas hubiesen realizado este cargo tan elevado.
Cuando el caso llegó a mano de los agentes, pronto saltó la primera pista, que fue clave para esclarecer los hechos: la coincidencia de todos los cargos en una única estación de servicio, concretamente en una situada en Arahal. Así que la investigación se centró en dicho lugar. Ahora había que esperar.
El vehículo de empresa estaba en la sede de la empresa
De acuerdo con la denuncia, los pagos que se realizaron con la tarjeta fraudulenta coincidían con momentos en los que el coche de la empresa estaba estacionado en las instalaciones de la misma. Esto fue lo que reforzó la idea, tanto de la compañía como de la Guardia Civil, de que se trataba de un uso externo y, por supuesto, no autorizado del medio de pago.
Mientras, las cámaras de seguridad de la gasolinera del Arahal registraron al supuesto autor cubriéndose el rostro con una gorra al mismo tiempo que llenaba varias garrafas de combustible y abonaba posteriormente el importe en el interior del establecimiento. A través de las imágenes se pudo confirmar su identidad y proceder a la detención del individuo.
En estos momentos, el proceso está todavía en fase de investigación policial y todavía no se ha dictado una resolución sobre la responsabilidad penal por parte del detenido ni de las posibles indemnizaciones a las que tenga que hacer frente en el futuro. Lo que sí está claro es que la cuantía del presunto fraude que esta persona llevó a cabo supera el umbral habitual para la consideración de este hecho como delito.
El impacto para la empresa y otras lecciones preventivas
Más allá de los daños económicos que tuvo la empresa, cerca de 19.000 euros, este caso pone de manifiesto la importancia de que desde las compañías se establezcan controles internos mucho más rigurosos sobre los métodos de pago que estas tienen. Es importante la detección temprana de movimientos anómalos, la verificación cada cierto tiempo de los extractos de las cuentas que tenga la empresa y la retirada inmediata de accesos a beneficios tras acabar la relación laboral con un trabajador. Estas son medidas básicas que debe realizar cada organización con la idea de evitar episodios similares al ocurrido en la provincia de Sevilla.
Con la investigación todavía abierta, este incidente sirve para recordar a las empresas que es necesario reforzar los protocolos de seguridad financiera y reaccionar rápidamente ante cualquier indicio de uso indebido de sus recursos corporativos.
