La marca BMW es un referente dentro del mercado automovilístico, con un modelo de negocio premium, con modelos relativamente bajos y márgenes altos. En la actualidad, esto puede ser arriesgado, pero lo cierto es que está creciendo en todos los segmentos que le interesan, entre ellos el de los vehículos eléctricos. Para este año, desde la compañía alemana tienen claro que “las ventas subirán y los gastos caerán” con la nueva arquitectura Neue Klasse, toda una revolución en áreas como tecnología de baterías, digitalización, la conducción, la fabricación y el comportamiento dinámico.
Un salto de dos generaciones en BMW
Los datos mejorarán en este 2025 con el lanzamiento de los primeros modelos fabricados en base a la arquitectura Neue Klasse, lo contrario que ocurrió en 2024 que fue un año de inversión en el desarrollo de esa nueva base de trabajo. La presencia global de BMW amortiguó lo que podría haber sido una caída de ventas mayor.
Ahora, con la Neue Klasse habrá un salto de dos generaciones respecto a los vehículos actuales en todos los ámbitos: desde la tecnología de las baterías, la digitalización, el concepto de manejo, la fabricación y, por supuesto, el comportamiento dinámico. Estamos ante un nuevo concepto que “influirá en todos los BMW del futuro, independientemente del tipo del motor”.
El primer modelo a estrenar con estas características será un SUV y con la Neue Klasse gozará de una arquitectura de 800 V, iDrive Panorámico y la sexta generación de baterías basadas en celdas BMW con un 20% más de densidad energética que las actuales. Las baterías tendrán un 30% más de autonomía y el mismo porcentaje menos de tiempo de carga, capaces de almacenar hasta 300 kilómetros de autonomía en 10 minutos.
Una firma que siempre da el primer paso
Al igual que ahora dará un giro radical en el mercado automovilístico, BMW también lo hizo con anterioridad. Fue una de las marcas pioneras en promocionar los modelos SUV tal y como hoy los conocemos, iniciando su oferta con la primera generación del X5, al que luego siguieron más modelos. Fue también BMW la que se arriesgó a cambiar la silueta de los SUV, experimentando con la mezcla del nuevo concepto con el de los coupés.
El resultado fue el X6, que aunque tuvo una acogida un poco fría tanto por parte del mercado como de la crítica, acabó con una tendencia al alza que sigue muy viva y tendrá mayor relevancia en el futuro, ya que permite rebajar la altura de los SUV y mejorar la aerodinámica. Este es un aspecto importante a la hora de hablar de vehículos eléctricos y de autonomía.
En el momento en el que el downsizing, la reducción de los motores para aumentar la eficiencia y reducir emisiones de gases, se impuso como forma de responder a la desaceleración económica en Europa, BMW también estuvo a la vanguardia. Tras ser la primera marca en diseñar un coche familiar compacto para el segmento C con el primer BMW Serie 3 Compact, la marca revolucionó el concepto y creó el Serie 1. Y luego llevó a la Serie 1 al concepto mucho más convencional de motor transversal delantero y tracción delantera.
Ahora, el objetivo es centrarse en la Neue Klasse, que como dicen desde la compañía “más que una plataforma es un nuevo concepto de diseño y fabricación de un automóvil”, con la eficiencia como prioridad absoluta. Será un concepto que BMW aplicará de forma progresiva a todos sus modelos y del que se hablará mucho en los próximos meses.
