Desde la Dirección General de Tráfico (DGT) y la Guardia Civil se han encendido las alarmas con una acción considerada ilegal y que están llevando a cabo en los últimos tiempos parte de los conductores de la red de carreteras nacional, que no tiene en cuenta las terribles consecuencias que puede tener la misma. Se trata de lo que se conoce como método gallego, que consiste en avisar en tiempo real de la presencia de radares y controles. Así, multitud de conductores, una vez avisados, reducen la velocidad sólo cuando reciben el aviso y la efectividad de los controles se resiente.
El método gallego recibe ese nombre porque nació en dicha comunidad durante el verano de 2024 y se ha propagado rápidamente a través de grupos de plataformas de mensajería como WhatsApp y Telegram. Su funcionamiento es tan sencillo como cuestionable: un conductor detecta un radar fijo o móvil, envía la ubicación al chat y, en cuestión de segundos, decenas de usuarios bajan la velocidad justo a tiempo para evitar la sanción en el control. Pero las autoridades, advierten de que esta píldora contra las sanciones puede salir cara en términos de seguridad para otros usuarios de la vía.
Una práctica peligrosa según la DGT y la Guardia Civil
Reducir la velocidad no es para nada ilegal, pero hacerlo únicamente para esquivar la sanción quiebra la coherencia del sistema de control. Desde la DGT se insiste en que los límites existen para salvar vidas y no para rellenar las arcas públicas. Además, alertar de los controles favorece la infracción colectiva y, a la larga, incrementa el riesgo de accidentes graves. Por eso las autoridades no entienden que se ayude a conductores que pueden poner en riesgo la seguridad del resto.
En los grupos, que cuentan con cientos de miembros en las diferentes plataformas, basta con escribir “radar móvil km 123 A-6” para que la información circule de forma rápida. Cada mensaje se convierte en una pieza más en la cadena de avisos, que pone en jaque el sistema de control.
Los riesgos del método gallego
- Sensación de falsa inmunidad que fomenta excesos de velocidad fuera de los tramos vigilados.
- Distracciones al volante mientras se consulta el mensaje en el teléfono móvil.
- Efecto acordeón, que consiste en frenazos bruscos al acercarse al radar y acelerones posteriores.
- Desigualdad entre los usuarios, pues el que no está en los grupos no sabe lo que ocurre.
Las medidas que prepara la DGT para frenar el método gallego
Desde la DGT no se van a quedar con los brazos cruzados y tienen previstas unas serie de actuaciones entre las que destacan:
- Detección telemática de avisos masivos. El objetivo es identificar a emisores reiterados de ubicaciones de radares. Está en proceso en fase de estudio.
- Mayor rotación de radares móviles. Evita que la información sea válida durante sólo unos minutos. En fase piloto.
- Campañas de concienciación en redes sociales, recordando que los límites de velocidad salvan vidas, no sólo evitan multas. Esta medida está activa en estos momentos.
- Colaboración con plataformas de mensajería. La idea es limitar grupos que fomenten conductas infractoras. Por ahora, la implantación de esta medida se está negociando.
El objetivo de las autoridades no es el de cazar al conductor despistado y sí el de reforzar la prevención. Por ello desde la DGT se combina tecnología, vigilancia y pedagogía para cortar de raíz una moda que, a todas luces, compromete la seguridad vial aunque muchos no lo consideren así.
