La okupación ilegal está causando numerosas preocupaciones en muchos países de Europa sigue generando preocupación. De entre todos ellos, hay uno que destaca por su eficacia en esta pelea: Países Bajos. Allí, la okupación prácticamente ha desaparecido gracias a dos medidas clave que podrían ser válidas en otros sitios, sobre todo en España, en el que este fenómeno no para de crecer. Allí, entrar de forma ilegal en una vivienda ajena puede conllevar penas de cárcel de entre 2 años y los 8 meses sin necesidad de largos procesos judiciales, ni meses de espera para recuperar una propiedad. El desalojo es inmediato.
En nuestro país, el número de denuncias por okupación ha crecido de forma considerable en los últimos años. Este incremento constante ha provocado un sentimiento de inseguridad cada vez mayor entre muchos propietarios, sobre todo aquellos que disponen de una segunda vivienda o alquilan sus piso.
Ante esta situación, son muchos los expertos en derecho y asociaciones que han puesto sus ojos en Países Bajos, lugar en el que se ha conseguido equilibrar entre el derecho a la vivienda y la protección de la propiedad privada.
Los motivos de los buenos resultados en Países Bajos
La primera clave del éxito de Países Bajos está en su legislación penal, que es clara y contundente contra el fenómeno de la okupación. Allí, aquella persona que entra de forma ilegal a vivir en una vivienda ajena se enfrenta directamente a penas de cárcel que pueden oscilar entre los 2 años y los 8 meses. No hay largos procesos judiciales, ni meses de espera para recuperar una propiedad. La actuación policial es rápida y el desalojo inmediato. Esto disuade a los que considera ocupar ilegalmente una causa y genera un entorno de seguridad jurídica tanto para propietarios como para inquilinos legales.
Esta firmeza contrasta con lo que ocurre en España, donde el proceso de desalojo puede alargarse durante meses e incluso años sobre todo si se trata de viviendas que no constituyen el domicilio habitual del propietario.
Otras soluciones puestas en marcha
No todo se basa en castigos. Otro punto importante del modelo neerlandés tiene que ver con el aumento del parque de viviendas disponibles, algo que en España también es motivo de preocupación por la falta de oferta y el encarecimiento de los precios de alquiler.
La forma de hacerlo ha sido reutilizando espacios urbanos que estaban en desuso, como antiguos molinos, edificios abandonados, oficinas sin actividad. Todo ello ha sido transformado en viviendas habitables y lo más importante, se ha hecho mediante colaboración público-privada, algo que ha demostrado ser eficaz y ágil en su implementación.
Esto no sólo ha permitido ampliar la oferta de vivienda, sino que también ha hecho que sectores como el de los jóvenes, el de los estudiantes y también las rentas más bajas encuentren opciones de alquiler a precios asequibles.
Una de las claves que más valoran tanto propietarios como inquilinos en Países Bajos en la ley del alquiler a corto plazo, una norma que permite firmar contratos de arrendamiento por un periodo determinado, de hasta dos años.
Las ventajas del método neerlandés
Entre las ventajas del método utilizado en Países Bajos se encuentran:
- Se permite a los propietarios tener más control sobre su propiedad y rotar más fácilmente entre inquilinos, lo que reduce el miedo a la okupación o a impagos prolongados.
- Ofrece a los arrendatarios una vía rápida para acceder a la vivienda, sin los compromisos que a menudo dificultan el alquiler.
Para muchos, la clave estaría en combinar firmeza legal con incentivos al alquiler, una estrategia que ya ha demostrado su eficacia en otras partes de Europa.