Hace unos días se hizo viral la historia de Antonio, un joven venezolano cuyo peso siempre había estado por encima del recomendable. Es más, llegó a marcas de obesidad con 145 kilos con poco más de 30 años. Sin embargo, como suele ocurrir en estos casos, hay un momento en el que decidió que debía dar un giro radical a su vida para ganar en bienestar físico y mental. La alimentación fue determinante y dentro de la misma el consumo de un plato típico español para cenar: el gazpacho.
Antonio confiesa que en su país natal solía recurrir de forma habitual a la comida preparada. Su familia procedía de Italia y su amor por la gastronomía no era el mejor aliado para el joven en su objetivo del peso ideal. Más adelante, se trasladó junto a su familia a España, a la ciudad de Terrassa. No fueron mejor las cosas, incluso notó que su estado empeoró alcanzado los 145 kilos en la báscula dada la facilidad de acceso a la comida rápida.
Así, a los 33 años, Antonio fue diagnosticado de hipertensión arterial y problemas circulatorios llegando incluso a tener problemas para poder moverse con normalidad y con la sensación de estar cansado durante todo el día. Esto empezó a hacer mella en su trabajo, en el cual debía hacer desplazamientos a diario y le costaba un gran esfuerzo. Fue en ese momento cuando se planteó un cambio, como contó en su día en Men’s Health.
La nueva vida
Su rutina ha cambiado en todos los aspectos. En cuanto a la comida, “por las mañanas desayuno siempre yogur sin azúcar y fruta, normalmente kiwis, fresas o plátanos. Además, me hago unos huevos revueltos sin sal. La base de todas mis comidas son las ensaladas, de espinacas o rúcula, y le añado siempre grasas saludables y una proteína. Y en la cena suelo tomar gazpacho o fruta”.
En su cocina ya no hay lugar para fritos, un cambio muy significativo, y ahora utiliza únicamente aceite de oliva. Además, en cuanto a líquidos se refiere, empezó a tomar agua y café sólo. Aunque no llega a renunciar a la pasta, un plato que es muy tradicional en su familia, y en alguna ocasión le gusta tomar una tapa de patatas bravas.
Un plato de la dieta mediterránea
Respecto al consumo del gazpacho, hay que recordar que se trata de un plato tradicional de la dieta mediterránea que está basado en hortalizas como el tomate, pepino, pimiento, cebolla y ajo, además de aceite de oliva. Esta combinación posee una serie de beneficios conocidos: es bajo en calorías, pero denso en nutrientes, llegando a apenas 80-120 kilocalorías por ración de 250 mililitros. Además, no hay que olvidarse de su riqueza en fibra soluble e insoluble, algo que le otorga un potencial saciante a pesar de prepararse en formato líquido.
De hecho, su consumo como primer plato en la cena suele ayudar a reducir la ingesta calórica total e incluso es posible usarlo como plato único.
Para finalizar, respecto a su nuevo estilo de vida, empezó a realizar ejercicios de cardio, como spinning, además de entrenamientos de fuerza. Todo ello le permitió perder hasta 30 kilos en los primeros tres meses y otros 25 kilos en los siguientes nueve meses.
La combinación de todos estos cambios fue determinante para conseguir el objetivo marcado por Antonio. Si bien es cierto que el gazpacho como cena fue un punto importante, se debe recordar que en la búsqueda de la pérdida de peso se deben realizar diversos cambios de forma progresiva y deben ser constantes en el tiempo.