Si hay una fruta por excelencia que se consuma en el planeta Tierra es ni más ni menos que el plátano, mientras que en España tan sólo es adelantada por la naranja. ¿Cuál es el porqué de esto? Fácil. Es sencilla de comer y fácil de mantener en buen estado durante varios días antes de echarse a perder. Su sabor dulce invita a su ingesta, independientemente de si te gusta o no la fruta y, por si eso fuera poco, tiene numerosas ventajas para la salud. Aunque es importante saber cuándo consumirlo para tener diferentes efectos en nuestro cuerpo.
Por ejemplo, como postre “el plátano puede ayudar a hacer tus digestiones más fáciles, ya que se digiere de forma sencilla sin irritar el tracto digestivo”, afirma en CuídatePlus Jaume Giménez, nutricionista experto en Nutritional Coaching. A lo que añade que, debido a esa consecuencia “es por lo que suele recomendarse en el caso de padecer gastritis o para tomar después de la diarrea al restaurar los minerales perdidos”.
Aunque, claro está, hay más opciones, como comerse el plátano después de la cena y antes de dormir, como si fuera el postre. Cuando lo comemos así, la fruta ayudará a dormir mejor y, en adelante, a mejorar el ánimo, puesto que el plátano contiene triptófano, un aminoácido que el cuerpo emplea en la producción de melatonina y serotonina.
Plátano como desayuno
Como todo el mundo sabe, el plátano es rico en nutrientes, y lo es más allá del potasio que siempre nos han dicho nuestras madres o abuelas: es una magnífica fuente de minerales, fibra o vitaminas como la C, que ejerce de antixiodante dentro del cuerpo y facilita a las células nuestra protección frente a posibles daños, así como la B6, “que nos ayuda a que nuestro sistema nervioso funcione adecuadamente”, explica Giménez.
Volviendo al tópico tantas veces escuchado sobre el manido potasio el especialista recuerda que ayuda “con la contracción muscular”, entre otras cosas. Asimismo, tiene magnesio, “necesario para la función muscular, nerviosa y ósea”, además de fósforo, “que desempeña un papel crucial en la salud ósea, la función renal y el metabolismo energético”, de ahí que sea clave la ingesta de un plátano antes, durante o después de realizar ejercicio físico.
¿Que buscamos un plus de energía al despertarnos? El plátano es nuestro mejor aliado, debido a su riqueza en carbohidratos, algo que nos aporta energía de manera tan efectiva y rápida como una buena taza de café. Como fruta es estupenda para el desayuno, debido a que “tiene un gran contenido en carbohidratos que el cuerpo puede absorber rápidamente para obtener energía, y un índice glucémico moderado que ayuda a mantener los niveles de glucosa estables para así poder controlar los antojos de buena mañana, sobre todo de aquellos más dulces”, explica el nutricionista.
Y si además de levantarnos con fuerza, queremos hacerlo de mejor humor, contiene triptófano, un aminoácido que nuestro cuerpo traduce en serotonina, la famosa hormona de la felicidad.
Ahora, la eterna pregunta: ¿Qué es mejor, plátano o banana?
A pesar de que mucha gente se refiera de ambas formas a la misma fruta, plátano y banana no es lo mismo. Como explica Giménez, “la banana es más grande, su forma es más recta y el color es distinto. Así, la pulpa del producto canario es de color amarillo crema claro, con sus características motas marrones, frente al tono verdoso de la banana”.
¿A nivel nutricional la diferencia entre una fruta y otra es notable? No demasiado, aunque el experto concluye que “el plátano de Canarias es más dulce al consumirse más maduro que la banana, por lo va a tener menos almidón y más azúcar”.
Y tú, ¿qué fruta prefieres?
