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Sí, bajar la música en el coche mientras aparcas tiene sentido: así lo dice la ciencia

por Jesús Domínguez
22 de agosto de 2025
en Motor
Bajar la música en el coche mientras aparcas tiene sentido

Bajar la música en el coche mientras aparcas tiene sentido

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Gracias a la práctica, el coche se acaba convirtiendo en un lugar en el que la actividad termina por ser tan segura (o debería serlo) que actuamos como autómatas… hasta que tenemos que aparcar. Y es que, en el instante en el que debemos hacerlo, son muchas las personas que actúan igual que lo haría el lanzador de tiros libres en los últimos segundos de una final de la NBA: pedimos silencio o lo guardamos nosotros, bajando incluso la música o la radio que nos acompañe en el trayecto. Y aunque alguien piense que no, todo tiene un sentido.

Que la acción y el acto de conducir requieren de concentración es algo que todo el que se ha puesto al volante sabe, por más que a veces vayamos acompañados y de cháchara o que hagamos algo que contradiga el sentido de esa palabra. Sin embargo, llegado ese momento, precisamos de un nivel de concentración diferente y al que le ha encontrado sentido la ciencia, a través de la psicología. Lo que es un acto rutinario se convierte en uno más tenso, en un sentido amplio de la palabra, porque así lo requiere el cerebro humano.

La causa de hacer esto en el coche, según un estudio

Según un estudio publicado a finales del siglo XX por los científicos Anne-Marie Bommel y Ervin R. Hafster, titulado ‘Divided attention between simultaneous auditory and visual signals’ (en español, ‘Atención dividida entre señales auditivas y visuales simultáneas’), la necesidad de realizar las maniobras para aparcar en completo silencio, retirando la radio o la música incluso por completo, son más habituales de lo que pensamos entre los que conducen, y no, no significan que quienes lo precisen estén locos.

Este hecho cotidiano tiene que ver con que el cerebro, ante una acción aparentemente tan básica pero en la que son necesarios varios sentidos para completarla sin chocar, prioriza aquellos más importantes en esa situación (como de hecho hace ante cualquiera a la que nos enfrentamos). En este caso, el prioritario será la vista; ver lo mejor posible para que no pase lo que no queremos, quedando el sentido del oído relegado a un segundo plano. De una manera prácticamente instintiva, para no entorpecer la concentración, eliminamos otros estímulos que puedan hacer que el subconsciente la lleve en una dirección que no queremos.

Así, con la música o la radio bajas o sin volumen, o incluso con nuestro acompañante o acompañantes guardando silencio, pondremos todos los esfuerzos en aparcar sin tener que lamentar que lo que oigamos sea el ‘pum’ de un choque o el chirrido de un rallón a otro coche. No en vano, según indica el mencionado estudio, como el cerebro nos invita inconscientemente a destinar sus recursos a la vista, y no al oído, todo lo que no sea eso será, de algún modo, ruido.

Adiós a las distracciones

Frente a la normalidad con la que muchos conducen y son capaces de establecer las distancias de rigor que impone la ley durante la conducción en carretera, sea en ciudad o en alguna más abierta como una autovía, hay quien tiene, si no más problemas espaciales para aparcar, por lo menos sí esa mayor necesidad de controlar los estímulos externos mientras estaciona, ya sea en su garaje privado, en un parking público cerrado o en una plaza al aire libre.

No es baladí que a algunos les cueste aparcar o que tengan que recurrir al silencio más absoluto para hacerlo: lo importante, según el estudio mencionado, es que toda la atención esté puesta en la maniobra final que permitirá estacionar el coche sin tener que dejarle al coche de al lado una notita explicándole que estaba escuchando la última canción de Karol G y que se vino arriba o sin tener que dar parte al seguro de que chocó contra la pared de atrás porque ‘La Morocha’ se moría de ganas de que alguien la sacara a bailar.

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