En el momento en el que una persona entra en su vivienda de alquiler, incluso un poco antes, le surgen muchas dudas sobre lo que puede hacer o no como inquilino. Una de las preguntas que se hace es referente a la cerradura, si puede cambiarla o no sin meterse en un lío. La respuesta, según los expertos, es que sí. La puede cambiar desde el primer día y no es necesario que pida permiso al propietario. La razón es que la vivienda alquilada es ya su domicilio, su espacio privado y exclusivo durante el contrato.
Y esto significa que el propietario no puede entrar ni no tiene el consentimiento del inquilino. Únicamente hay una excepción: reparaciones por averías que hagan falta para mantener la casa en condiciones. Es más, si el dueño vuelve a cambiar la cerradura por su cuenta, se expone a un delito de coacciones, con la obligación de deshacerlo, indemnizar y posible pena de cárcel.
De acuerdo con Alberto Sánchez, especialista en este tipo de asuntos, “la vivienda alquilada es el domicilio del inquilino y de su familia, y esto significa no solo que puede cambiar la cerradura, sino que el propietario no puede entrar en ella” sin su permiso. Además, el control de las llaves es del inquilino: “Evidentemente, no tienes que darle nunca una copia al propietario, aunque este se la pida”.
¿Qué se puede hacer y qué no en una vivienda alquilada?
A continuación veremos una serie de situaciones habituales que se pueden hacer y cuáles no que ayudarán a evitar malentendidos y posibles disputas con el propietario:
- El inquilino cambia la cerradura desde el primer día. Permitido, sin necesidad de permiso por parte del propietario.
- Entrega de copa de llaves al propietario. No es obligatorio hacerlo ya que el control de las llaves es del inquilino.
- El propietario no tiene permitido entrar a la casa sin el consentimiento del inquilino.
- Acceso para reparaciones por averías. El inquilino debe dejar pasar a operarios y al propietario.
- El propietario tiene prohibido cambiar la cerradura de la vivienda alquilada, se considera un delito y podría llevar incluso penas de cárcel.
En resumen, la privada del domicilio manda y salvo avería que haya que reparar, nadie entra si el inquilino no lo desea.
¿En qué momento puede entrar el propietario en casa?
La regla es clara y dice que sin el consentimiento del inquilino, el propietario no puede entrar en el domicilio. La casa es del inquilino durante la vigencia del alquiler, la ley es tajante en este sentido.
La única excepción, según los expertos, es por “reparaciones por alguna avería en la vivienda”. En ese caso sí se le debe dejar pasar, pero se trata de arreglos indispensables para mantener la vivienda habitable. Nunca por visitas curiosas.
Lo que ocurre si el propietario cambia la cerradura por su cuenta
La normativa es muy clara y dice que “el propietario jamás puede cambiar la cerradura de la vivienda que tenga alquilada, incluso aunque el inquilino no pague”. Es decir, no vale forzar la situación con las llaves. Si lo hace, los abogados especialistas avisan de las consecuencias: “Si hace esto, es un delito de coacciones y tendrá que deshacer lo que ha hecho e indemnizar al inquilino, además de la posible pena de cárcel a la que se enfrentaría”.
Ley de Arrendamientos Urbanos, ¿qué dice?
Según la normativa, el alquiler da al inquilino el uso exclusivo de la vivienda y el propietario no puede saltarse esa exclusividad. Por ello, medidas como no entregar copia de llaves sin el consentimiento del inquilino o permitir la entrada solo para reparar averías se presenten como salvaguardas básicas dentro de la relación entre el propietario y la persona que le ha alquilado le piso.