El pago mediante método digital forma parte de nuestra rutina, cada vez el dinero físico tiene menos protagonismo. Actualmente estamos acostumbrados hacer pagos desde el teléfono móvil e incluso desde un smartwatch, pero todo avanza y la revolución puede ir todavía más allá en la Unión Europea. Ha surgido una tecnología que permite pagar sin contacto ni dispositivo, se podría comprar y vender con la palma de la mano, dando una mayor seguridad y comodidad a la hora de realizar transacciones. Esta tecnología cada vez está más cerca y llegará gracias a la colaboración de las empresas Ingenico y Cielo, que han diseñado la solución Palm Vein Biometrics.
Una fase experimental
Las dos compañías han puesto en marcha un nuevo sistema basado en la biometría de las venas de la palma de la mano que promete modificar por completo la experiencia de compra. Además, pretende elevar los estándares de seguridad en el ámbito del comercio. El primer ensayo público se realizó en una cafetería de Sao Paulo, Brasil. En un entorno controlado y bajo la supervisión de los expertos de un laboratorio de innovación, los usuarios pidieron probar este nuevo método de pago que puede convertirse en algo revolucionario.
Así funciona el método de pago con la palma de la mano
La manera en la que funciona el pago con la palma de la mano es muy sencilla. Lo primero, hay que registrar la palma de la mano y posteriormente se vincula a una tarjeta bancaria. En el momento de realizar la compra será suficiente con colocar la mano sobre el sensor biométrico.
Así, en apenas unos segundos, el sistema es capaz de identificar al usuario y aprobar la transacción sin la necesidad de contacto directo ni tampoco de recurrir a dispositivos adicionales. Se trata de un gran avance con respecto a los pagos actuales contactless, en los que sí se necesita algún tipo de dispositivo, ya sea teléfono o tarjeta física.
Es imposible de replicar
El pago mediante tarjeta bancaria tiene sus días contados y el futuro es el uso de la tecnología Palm Vein, que hace unos de sensores infrarrojos que son capaces de captar el patrón único incluso entre gemelos idénticos, por lo que es prácticamente imposible de replicar.
Este patrón se transforma en una plantilla biométrica cifrada y que pasa a encontrarse debidamente almacenada bajo los más estrictos protocolos de seguridad. Es una medida que fortalece la privacidad y ofrece garantías tanto para los empresarios como para los propios consumidores con respecto a la protección de sus datos personales.
Sin necesidad de contraseña
El uso y aplicaciones de este sistema va más allá de la comodidad que ofrecer pagar con la palma de la mano, sino que el pago biométrico tiene otros beneficios en diferentes ámbitos. Por ejemplo, acaba con la necesidad de tener que recordar contraseñas.
Además, también permitirá reducir el tiempo de espera en cajas y ayuda a la hora de minimizar los fraudes y los robos, puesto que prescinde del uso de dispositivos físicos que los ciberdelincuentes puedan atacar. Además, se trata de una experiencia más higiénica y se adecúa mejor a las necesidades actuales.
Primeros pagos con la palma de la mano
La respuesta positiva a la prueba de concepto llevada a cabo en Brasil no resulta sorprendente, ya que desde Ingenico ya se pusieron con anterioridad programas similares en marcha en Francia, Canadá y Estados Unidos. De hecho, en estos lugares el sistema fue perfeccionado antes de ser ofrecido a consumidores brasileños.
En Asia, sobre todo en China, el uso de la palma de la mano como medio de pago biométrico ya está extendido, pero en otros puntos del planeta es una nueva apuesta que podría conllevar una revolución en la relación entre consumidores y dinero.
