Las horas de sueño deben respetarse, pues el sueño es una de las claves para tener un salud de hierro. Además de la contar con una alimentación sana y equilibrada, junto con una rutina de ejercicio regular, dormir las horas adecuadas es algo imprescindible para nuestro organismo, sobre todo para el bienestar de nuestro sistema cognitivo, determinante para el rendimiento diario. Pero ojo, el exceso también puede pasar factura. Un ejemplo de ello son las siestas excesivas, que pueden ser peligrosas para la salud y para el aumento de peso.
Son muchas las personas que aprovechan diferentes momentos del día para echarse una siesta reparadora, un descanso durante la jornada. Es algo recomendado, con numerosos beneficios, pero siempre y cuando se lleve a cabo durante un tiempo limitado y determinado. Y es que una siesta que se prolonga en el tiempo puede convertirse en el origen de diferentes problemas de salud, tal y como aseguran diferentes expertos del ámbito sanitario.
Los riesgos de una siesta excesiva
Sara Martín, médica, hizo una publicación en sus redes sociales sobre los posibles riesgos de llevar una siesta que se prolonga más de lo recomendado: “¿Sabes que la siesta dominguera de la que te acabas de despertar, cuánto más larga es, más engorda y más riesgo tiene de enfermar?”, comentó de entrada. Y es que después de numerosos estudios se ha comprobado dichos efectos cuando una persona dormía durante un tiempo superior a los 30 minutos. Se producían subidas tensión, alteraciones de azúcar en sangre, hinchazón abdominal y un mayor riesgo de padecer un infarto.
El motivo, según Martín, es porque “porque a los 30 o 40 minutos, ya te metes en el sueño profundo. También rompe todos los ritmos circadianos y, cuando te despiertas, tu cuerpo, que quiere espabilarte, produce un pico de la hormona cortisol, que es la hormona del estrés, aumentando la resistencia a la insulina, altera tu metabolismo, tensión y colesterol y tienes más riesgo de infarto. También se alteran tus hormonas del hambre».
A todo ello, también se debe tener en cuenta que echarse una siesta después de comer puede ser el punto de partida de acidez y de digestiones más pesadas. Por ello, lo más recomendable por los expertos es reducir la siesta a un máximo de 40 minutos, esperando unos 10 minutos después de comer para hacerla y con varias almohadas bajo para cabeza para evitar posibles flujos. Así se disfrutará de una siesta mucho más agradable y, sobre todo, beneficiosa para la salud.
La mejor forma de dormir la siesta, con estos consejos
Para aprovechar al máximo el momento de la siesta, estas son algunas de las recomendaciones dadas por los expertos en la materia:
- Que la siesta sea corta. Se debe intentar echar una siesta de 30 minutos, máximo de 40. Cuanto más tiempo se duerma durante la siesta, más probable será que la desarrolle subidas de tensión, alteraciones de azúcar en sangre, hinchazón abdominal e incluso riesgo de infarto.
- La siesta se debe dormir a primera hora de la tarde, para no interferir con el sueño de la noche. Los factores individuales (necesidad de dormir, horarios de sueño, edad y uso de medicamentos) también son importantes para determinar la mejor hora del día para echar la siesta.
- Hay que generar un ambiente de descanso, dormir la siesta en un lugar tranquilo y oscuro, con una temperatura ambiente cómoda y pocas distracciones.
Una vez finalizada la siesta, hay que darse tiempo para despertarse bien antes de volver a la actividad, sobre todo aquellas personas que requieren de una respuesta rápida o aguda.
