Navegar por internet ya no es simplemente ocio, se ha convertido en trabajo en muchos casos. Cualquiera que sea el motivo, en los últimos años esto se traduce en un pequeño dolor de cabeza porque se hace complicado, resulta imposible acceder a muchas páginas webs de diferente contenido sin aceptar las cookies. El aluvión de avisos sobre las mismas es tanto, que se suelen aceptar casi por inercia. De alguna manera, ya estamos acostumbrados a hacerlo, sin pensar en lo que pueda pasar. Esto no debería ser así, habría que leer todo, la letra pequeña. Al darle el consentimiento, podría haber graves consecuencias relacionadas con la privacidad, manipulación del consentimiento o riesgo de filtraciones.
Claves en el funcionamiento actual de la web
Lo cierto es que dentro del entorno digital actual, las cookies se han convertido en pieza fundamental del funcionamiento web. Sin embargo, aceptar todas estas solicitudes que emergen cada dos por tres en nuestras pantallas sin tener constancia de lo que estamos haciendo puede tener graves consecuencias en términos de privacidad, seguridad, control de usuario y percepción de transparencia.
De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Cornell, a pesar de que el reglamento de la Unión Europea (Reglamento General de Protección de Datos y la Directiva ePrivacy), muchas páginas instauran mecanismos de rastreo que operan incluso antes de que el usuario dé su consentimiento explícito.
En un análisis técnico realizado en más de 20.000 dominios, se identificaron cookies intractables que persisten en el navegador y permiten el rastreo entre sitios, evidenciando que alrededor de la mita de los sitios webs están implicados en este tipo de rastreo anticipado, con caducidades mayores a diez días.
La saturación de los avisos
A lo anterior, la saturación de avisos de cookies puede provocar lo que se conoce como el consentimiento fatigado, que significa que los usuarios, ante la complejidad o el inconveniente, suelen darle a aceptar sin analizar previamente y esto favorece el rastreo extensivo. La consecuencia, un serio problema de usabilidad y privacidad.
También queda patente que muchas de las interfaces emplean lo que se llama dark patterns, que quiere decir que se destaca siempre el botón de Aceptar que aparece, por ejemplo, más grande y con un color mucho más llamativo que el de rechazar, que pasa casi desapercibido. Esto condiciona también la elección del usuario.
Al mismo tiempo, otro tema importante aunque es verdad que las cookies no suelen portal datos altamente sensibles. Su existencia facilita eventuales brechas de seguridad. En caso de explotación, pueden contribuir a hurto de datos, robo de identidad y pérdidas que afectan tanto a los usuarios como a empresas.
Hay que tener cuidado al aceptar las cookies: los motivos
Aceptar cookies de forma automática puede parecer una elección voluntaria y conveniente, pero no es para nada así. Sus efectos negativos son múltiples y están bien documentados. Entre ellos está el rastreo persistente y compromisos de privacidad, manipulación del consentimiento o riesgo de filtraciones.
Por tanto, cuando llega el momento, la mejor forma de actuar a nivel de usuario puede ser la de promover una aceptación que sea consciente, en la que el usuario pueda evaluar de forma clara qué cookies quiere autorizar, con posibilidad de rechazo fácil y transparente, recurriendo cuando sea posible a herramientas de privacidad y control. Entre ellas, destacan la de limpieza periódica de cookies o la de navegación privada.
Por tanto, mucho cuidado a la hora de entrar en una página web y aceptar, sin leer detenidamente, las cookies.