Cuando una persona trabaja sentada durante varias horas, esto le pasa factura. Aunque parezca una posición relajada, estar ocho horas, o más, con los glúteos pegados a la silla de la oficina o el sofá de casa, tiene muchos efectos negativos para el cuerpo. La primera señal de alerta es el temido dolor de espalda, pero los problemas son muchos más. Es muy probable sentir adormiladas las posaderas, una situación que se conoce como el síndrome del trasero muerto o amnesia glútea.
Aunque no se crea, los glúteos son un grupo de músculos muy potentes, capaces de mantenernos erguidos al caminar o responsables de dar zancadas con equilibrio. Cuando dejan de usarse con frecuencia, se olvidan de realizar sus funciones y delegan en otros músculos menos potentes. Para volvernos a poner en marcha hay dos técnicas infalibles: levantarnos cada cierto tiempo de la silla y evitar las malas posturas al sentarnos.
Dolor en otros músculos
De acuerdo con el doctor Manuel Viso, especialista en hematología, esto es lo que ocurre cuando se sufre el síndrome del trasero muerto: “Cuando los músculos glúteos, en especial, el glúteo medio, no se activan de forma regular, nuestro cuerpo compensa esa falta de tono o ese ‘olvido de la función’ reclutando otros músculos para realizar ciertas acciones como caminar, correr o levantarse”. En definitiva, que empezarán a doler otros músculos del cuerpo.
El funcionamiento de la memoria de los glúteos
Los glúteos son tres potentes músculos que se ubican en la parte posterior de la pelvis. Su función es darle movilidad y estabilidad, además de ser responsables de aportar movilidad a la cadera, permitiendo tanto su extensión como su abducción. Además, contribuyen a que la espalda se mantenga recta mientras estamos de pie.
Otra función de los glúteos es que son esas cómodas almohadillas sobre las que se apoyan nuestras estructuras óseas cuando nos sentamos. En esta situación, cuando reposamos cómodamente sobre una silla o en nuestro sillón, los glúteos descansan. Cuando ese descenso se prolonga demasiado en el tiempo, esa inactividad provoca que estos músculos acaben olvidando qué es lo que tienen que hacer. Tiene amnesia glútea.
Los motivos por los que estar sentado pasa factura
La sensación no es la misma que cuando se te duerme un brazo o una pierna. Cuando pasas horas y más horas pegado a la silla, los músculos flexores de la cadera, que junto a los de los muslos son los que realmente trabajan cuando se está sentado, se acortan y se tensan. Este acortamiento hace que los músculos de los glúteos se alarguen y se desensibilicen.
Para saber si los glúteos se han dormido, según el doctor Viso, “los síntomas pueden incluir dolor en la zona lumbar, la cadera o las piernas, y dificultades para realizar actividades físicas. Esta afección también puede provocar desequilibrios musculares y aumentar el riesgo de lesiones en la espalda y rodillas”.
Cómo reactivar el trasero
A pesar del nombre, los glúteos no están muertos, lo que hay que hacer es fortalecerlos, reactivarlos. Y para ello los expertos recomiendan dos técnicas muy fáciles de poner en marcha y que dan grandes resultados: levantarnos cada cierto tiempo de la silla para ponerlos en marcha y evitar malas posturas al sentarnos.
Destaca Viso que “el tratamiento preventivo incluye ejercicios de fortalecimiento y activación del glúteo, como puentes, sentadillas y estiramientos, así como la corrección de la postura y la incorporación de pausas activas si se pasa mucho tiempo sentado”. Cuando el caso se complica, la recomendación es “la fisioterapia y la consulta con un especialista en movimientos corporales, pues también pueden ayudar a corregir el problema y prevenir complicaciones a largo plazo”.
