Recortar los gastos es lo que todos buscamos y se puede hacer en muchas rutinas de nuestro día a día. Una de ellas, por ejemplo, tiene que ver con la lavadora, que puede tener una reducción del 30% sobre el gasto que genera este electrodoméstico en cada colada. No nos referimos al archiconocido programa modo ECO, la magia reside en otro lugar del panel de mandos que nos permitirá cuidar tanto la ropa como el bolsillo. No se trata de un único botón, todo está en seleccionar programas de lavado a 30-20 grados o directamente en frío.
El centrifugado no es el enemigo
Cuando uno piensa en el gasto energético de la lavadora, se apunta al ruido del motor, al movimiento incesante del tambor y la potencia del centrifugado final. Aunque pueda parecer lógico, la realidad es otra, la resistencia eléctrica que calienta el agua es la verdadera responsable de hasta el 90% del consumo energético del electrodoméstico en un ciclo de lavado estándar. El motor, en comparación, es un actor secundario en la factura final.
El agua fría protege las prendas
La creencia popular es que sólo el agua caliente es capaz de eliminar las manchas y dejar la ropa impecable. Pero ya no es así. La tecnología ha avanzado a pasos agigantados, los detergentes actuales están formulados con enzimas que se activan y trabajan a pleno rendimiento a bajas temperaturas, haciendo que levar en frío sea igual de eficaz para la suciedad del día a día.
Además del ahorro energético, lavar con programas de baja temperatura tiene beneficios colaterales que la ropa agradecerá. El agua caliente es agresiva con los tejidos y los colores, provocando desgaste y pérdida de intensidad con el paso del tiempo. En cuanto al agua fría, protege las fibras de tus prendas, previene que encojan y mantiene los colores vivos y brillantes por más tiempo.
El programa ECO de tu lavadora
Los programas 30-20 grados o frío nos harán ahorrar. Y estos no hay que confundirlos con el modo ECO, que busca la eficiencia energética pero, normalmente, lo consigue alargando y mucho la duración del ciclo para compensar la baja temperatura con más tiempo de remojo y acción mecánica. Sin embargo, un programa corto a 20 o 30 grados es la combinación perfecta de rapidez y ahorro máximo para la ropa poco sucia, convirtiéndose en el mejor aliado para el día a día.
Cuándo usar y cuándo no el lavado en frío
El lavado en frío es el gran protagonista de las coladas semanales. Es ideal para la ropa de color, prendas oscuras, tejidos delicados como la lana o la seda y, en general, para cualquier prenda que no presente manchas difíciles. Si necesitas refrescar ropa y eliminar olores corporales, no hay que dudar. El programa a baja temperatura es la opción más inteligente para el cuidado de la ropa y para su consumo eléctrico. Es la opción que se debe adoptar.
Eso sí, hay excepciones:
- Para la ropa de cama, toallas, paños de cocina o prendas de personas enfermas se recomienda un ciclo de 60 grados para asegurar una correcta desinfección y eliminar bacterias y ácaros.
- Para las manchas de grasa o aceite el agua caliente es más efectiva.
Más allá del ahorro, el medioambiente
Cuando elegimos un programa de baja temperatura para la lavadora no sólo estamos actuando a favor de nuestro bolsillo, también del medioambiente. Reducir el consumo de energía para calentar el agua se traduce en una mejor huella de carbono y una apuesta por la sostenibilidad, contribuyendo a un planeta más saludable.
