Seguramente que en alguna ocasión te has preguntado lo que ocurre cuando las ruedas de un coche tienen más aire del recomendado. Si todavía no conseguiste la respuesta adecuada, aquí la vas a tener. Esto compromete tanto la seguridad como el confort, así como la vida útil de la goma. Aunque muchos pueden pensar que inflarlos más ayuda a ahorrar combustible, la realidad es que el exceso de presión provoca desgaste irregular, pérdida de agarre y riesgo de reventón.
Lo más importante en cuanto a la presión de las ruedas es seguir las recomendaciones del fabricante, que indica una presión de inflado óptimas para equilibrar el desgaste, la estabilidad y dar mayor confort. Superar el nivel ofrecido por los expertos, que suele estar entre 2,0 y 2,5 bares, conlleva menor tracción, mayor desgaste de goma y un riesgo mayor de dañar el flanco del neumático por tensiones excesivas. Superar los 3,0 bares incrementa mucho la posibilidad de fallo.
Un desgaste prematuro en la zona central
Cuando un conductor infla más de lo debido las ruedas, la mayor parte de la presión se concentra en la zona central de la goma y esto provoca un desgaste prematuro en dicha área. Además, esto es lo que reduce la vida útil de la rueda y afecta a la seguridad en situaciones que requieren de máxima tracción, como son las curvas o las frenadas. Por tanto, obligará a sustituir los neumáticos antes de lo previsto, con el coste económico que esto conlleva.
Para minimizar diferencias es recomendable permutar neumáticos de forma periódica, siguiendo las pautas del fabricante.
Se reduce el agarre en frenadas
Un neumático con exceso de aire tiene menos superficie de contacto con el asfalto y esto provoca que el coche necesite más metros para detenerse en caso de ser necesaria una frenada de emergencia. En condiciones de lluvia, nieve o arena, la pérdida de agarre se acentúa todavía más, lo que puede comprometer seriamente la seguridad.
El confort a la hora de conducir, comprometido
Este tipo de vehículos, demasiado inflados, se vuelven rígidos y transmite cada irregularidad del pavimento al habitáculo. Así, baches, juntas o grietas en la calzada se perciben con mayor intensidad. Esto no sólo afecta al confort de los ocupantes, también disminuye la estabilidad del coche, ya que la suspensión y los neumáticos no absorben de forma correcta las vibraciones.
Mayor riesgo de reventón en las ruedas o pinchazo
Aunque lo habitual es asociar los reventones a la baja presión, el exceso de aire también puede ser una causa de ello. Al inflar por encima del límite máximo, la goma soporta una tensión extra que puede generar microfisuras en el flanco. En los viajes largos, con calor o a gran velocidad, esa tensión puede desembocar en un reventón repentino.
Recomendaciones para mantener la presión correcta en los neumáticos
- Hay que revisar la presión de las ruedas al menos una vez al mes con un manómetro fiable.
- Se debe ajustar la presión según la carga (viajes largos, maletero lleno, remolque).
- Hay que inflar los neumáticos siempre en frío, para obtener las medidas más precisas.
- Se tienen que sustituir las ruedas si presentan un desgaste irregular, deformaciones o daños en el flanco del neumático.
Además, si se viaja con frecuencia se recomienda llevar un pequeño compresor o comprobar la presión en estaciones de servicio para evitar sorpresas.
La presión adecuada para más seguridad
Las ruedas con exceso de aire comprometen la seguridad, acortan la vida útil de la goma y restan confort a la conducción. Por ello, respetar los consejos del fabricante y revisar de forma periódica la presión del aire son medias sencillas que marcan la diferencia entre un viaje seguro y un riesgo innecesario.