De nada vale tener un contraseña de 12 caracteres o más, con mayúsculas, minúsculas y símbolos si luego, para acordarte de ella, la guardas en el dispositivo en un lugar inadecuado. Es una realidad y esto hace replantearse cómo se gestiona la seguridad digital. Como dice Javier Latorre, ingeniero, el riesgo está en almacenar esas credenciales en un texto plano, como por ejemplo el bloc de notas o el correo electrónico.
La complejidad no es todo, aseguran los expertos. El peligro, como asegura Latorre, no está en la calle y sí en el propio dispositivo, dado que un simple archivo de notas se puede convertir en una puerta de entrada a todas tus cuentas. Este exceso de confianza se transforma en una herramienta de ayuda en nuestra mayor vulnerabilidad.
Así, el esfuerzo por crear una contraseña robusta se desvanece por completo en el momento en el que se apunta en una aplicación sin cifrado ya que cualquier malware o persona con acceso físico al termina puede leerla sin dificultad.
Los peores sitios para apuntar las claves
La aplicación de notas es la primera que viene a la cabeza, un bloc de notas universal para todo. Sin embargo, es un riesgo tremendo para tus credenciales online, puesto que estos espacios no están diseñados con encriptación de extremo a extremo para información insensible. Otro de los grandes errores es enviar la contraseña al propio correo electrónico o guardarla en borradores. Si una tercera persona consigue acceder a tu email, podrá tener acceso a todas las claves.
Las claves, robadas en un minuto
Un software malicioso que se cuele en tu teléfono no necesita ser muy sofisticado para causar grandes problemas. Su principal objetivo es rastrear el dispositivo en busca de archivos de texto que contengan palabras como clave o acceso, pues el malware está programado para encontrar y extraer estas credenciales almacenadas de forma insegura.
Pero el peligro no es sólo virtual, pues el robo o la pérdida del móvil es una amenaza muy real y tangible. Si no se tiene el dispositivo bien bloqueado, cualquiera podría ir a tus notas o tu correo en apenas unos segundos, ya que el acceso físico anula mucha de las barreras digitales que creemos tener.
Una caja fuerte digital
La solución no es complicada, por suerte. Es más sencilla de lo que parece y se llama gestor de contraseñas. Estas aplicaciones funcionan como una caja fuerte digital en las que toda la información que tengas se almacena de forma cifrada, puesto que sólo tú puedes acceder a tus claves mediante una única contraseña maestra. Es la mejor forma para dar respuesta al problema que plantea el almacenamiento en texto plano.
Además de seguras, estas herramientas son extraordinariamente prácticas para proteger cada contraseña que utilizas. Esto permite que te puedas olvidar de pensar y apuntar claves complejas para cada servicio, porque el propio gestor puede generar combinaciones aleatorias y robustas para cada cuenta y rellenarlas de forma automática. Centralizan y blinda tu identidad digital, convirtiendo el caos de claves en un sistema ordenado y seguro.
Un gesto que te blinda
Usar un gestor puede generar pereza inicial, pero es una de las mejores decisiones que puedes tomar por tu seguridad online. Esta herramienta no sólo protege tu contraseña actual, también proporciona una tranquilidad impagable al saber que los accesos están realmente blindados. Es un pequeño cambio de hábito con un impacto gigantesco en tu protección digital y en la seguridad de cada contraseña.
Por tanto, en un mundo en el que todo está conectado, la forma de proteger nuestro secretos digitales es clave.
