La profesión de monitor deportivo ganó protagonismo en los últimos tiempos. Se trata de una profesión que a los más jóvenes le ha motivado para entrar en el mercado laboral e incluso para crecer dentro de ella. Pero una vez dentro, son muchos los que se han dado cuenta de que la realidad no es tan bonita: existe una gran competencia y esto hace que no salarios de los monitores no sean muy altos en la mayoría de los casos.
Según una publicación de Job Insider Madrid, un canal que se dedica a entrevistar a jóvenes profesionales sobre su trabajo, el salario puede estar “en torno a loas 1.200 euros o así”, de acuerdo a lo que dice uno de ellos.
En el perfil, se entrevista a uno joven monitor deportivo que dice que en la actualidad está trabajando “en dos gimnasios, un polideportivo y un gimnasio, pero soy monitor de sala en uno y en el otro pues un poco de todo” dando a entender que necesita ambos puestos para poder subsistir en esta profesión. Y es que asegura que el salario es bastante bajo: “A 40 horas, lo que cobra más o menos una persona en mi puesto de trabajo en uno de los gimnasios es más o menos en torno a 1.200 € o así, y en el otro es muy parecido”.
Eso sí, a esto tiene que añadir bonus y suplementos si se importante clases colectivas: “Si das clases colectivas siempre hay un plus, que son incentivos y demás”. A pesar del salario, que puede ser modesto, el monitor asegura que su pasión por el mismo le compensa ya que “parece que no estás trabajando, es lo bueno del mundo fitness, que si te gusta de verdad no sientes que sea trabajo”.
Los monitores de gimnasio no tienen mucha estabilidad
Otro de los problemas importantes en el sector de los monitores deportivos se encuentra en la estabilidad laboral, que no es mucha. Y es que el puesto “está más enfocado a algo temporal. O te dedicas a dar clases colectivas y ganas más dinero o te vas por el entrenamiento personal, que ahí se gana más”. La otra opción, “opositar para algo que sea más fijo”.
El consejo de este monitor para aquellos jóvenes que quieran trabajar en el mundo del fitness es que “si te gusta de verdad, deberías enfocarte al tema de entrenamientos personales, que es más gratificante”.
El mundo de la fontanería, en auge
En el lado opuesto encontramos la fontanería, un oficio tan tradicional como esencial en el día a día que se enfrenta a un gran reto, la falta de relevo generacional ya que cada vez menos jóvenes están dispuestos a formarse y trabajar como fontaneros a pesar de la elevada demanda y de que, en algunos casos, los ingresos pueden resultar muy atractivos.
Javier Donoso, fontanero autónomo, tiene 43 años y lleva 23 en el oficio en Madrid. Asegura que se inició en el oficio casi por obligación y que su primer sueldo le ofrecieron 750 euros, algo que en aquel momento le parecía “insuficiente” pero su padre le insistió en que no lo dejara y que con el paso de los años “lo agradecería”. Ahora trabaja como subcontratado para empresas de fontanería y reconoce que su padre “tenía razón”.
Diferencias entre fontanero autónomo y asalariado
Como en otros sectores, la diferencia entre una categoría y otra puede ser importante. Así Javier habla de su experiencia como autónomo: “Hay meses mejores y meses peores, pero he llegado a tener meses de facturar hasta 14.000 euros”. En los asalariados, “están cobrando sobre 2.000 euros al mes y eso es porque la demanda es muy alta y hay poca mano de obra cualificada”.
