La Inteligencia Artificial (IA), lo que ha llegado hasta el momento, ya ha cambiado muchas cosas. Y el más que lo hará en el futuro, de eso no hay duda. Una de las apariciones, el ChatGPT se ha convertido en una de las herramientas más utilizadas por millones de personas en todo el mundo, que acuden a la misma para resolver dudas, redactar textos o generar ideas, por ejemplo. Sin embargo, no se está utilizando siempre la manera adecuada, tal y como asegura Jon Hernández, experto en IA.
Así, el especialista señala que muchas personas están comiendo un error común al emplear la herramienta, como si fuese un buscador convencional: “La gente está utilizando ChatGPT en su mayor parte para buscar conocimiento, como si fuese Google, y ese es el mayor error. ChatGPT no sirve para eso; puede servir más o menos, pero tengamos en cuenta que, por ejemplo, las IA alucinan y a veces se inventan cosas, con lo cual no es la fuente de conocimiento más relevante del mundo”.
La interacción es la clave
Para Hernández, el verdadero potencial de la IA no se encuentra en su capacidad para ofrecer respuestas rápidas a las inquietudes de quién accede a ella, sí en la interacción que permite crear entre el usuario y la tecnología: “Lo que funciona realmente bien con la inteligencia artificial es esa interacción, que crees una relación con la inteligencia artificial. Sé que suena como una locura, pero la realidad está en que ese es el punto clave”.
Así, para el especialista en IA, el cambio de mentalidad es clave. Para ello propone pasar de ver estas herramientas como simples asistentes a tratarlas como colaboradoras en los procesos creativos y laborales. Por tanto, según Hernández, “el punto está en pasar de pensar que tienes un mono atado en la mesa, al que le tiras las tareas que no quieres hacer o al que le pides que te busque algo porque crees que es lo que sabe hacer, a pasar a tener un coworker que está contigo mano a mano y que te ayuda en todos los procesos”.
Con esta idea, debería entenderse como una extensión del propio equipo de trabajo, ver la herramienta como un colaborador capaz de mejorar la productividad y la creatividad. Así, el experto en IA considera que “el mayor valor” que a él le aporta suele ser “un tema de validación ideas, de compartir información, de brainstorming”. Es decir, que lo que hace es “interactuar con la IA para que juntos hagamos un trabajo mejor y más rápido”.
Como un compañero más
Hernández cree que no hay que “delegarle tareas, se trata de crear flujos de trabajo en los que consigas que la IA forme parte del día a día, como si tuvieses un compañero de trabajo. Se trata de que cuatro ojos ven más que dos”.
Repite que no hay que ver a la IA como un ayudante que sólo cumple con lo que le pedimos, sino como un aliado que colabora de manera activa con nosotros: “Mucha gente lo compara con tener un becario a tu servicio. Un becario es alguien al que le das órdenes. Esto es que de repente tienes un co-founder, si quieres, un colaborador, una persona que trabaja contigo, con la que entre los dos vais a hacer una mejor tarea”.
Como se puede concluir por lo dicho por Jon Hernández, mucha gente no hace el uso adecuado de una herramienta a la que se le podría sacar bastante más provecho si se considera como un miembro más del equipo de trabajo.