Aunque una lavadora pueda parecer indestructible, ponerla dos veces seguidas puede causar graves problemas ya que en cada ciclo de lavado el motor, el elemento calefactor y la bomba se calientan. Así, si al acabar una lavadora se pone otra, esto hará que no dé tiempo a que se enfríen todas las piezas del tambor, produciendo un desgaste adicional, un mayor consumo de energía y una mayor probabilidad de fallas.
Por ello, los expertos recomienda esperar entre 30 y 60 minutos entre lavados. Incluso una pausa inferior, 20-30 minutos, puede ayudar a enfriar el interior y reducir el riesgo de que se sobrecaliente. Realizar estas pausas asegura que la lavadora dure más de 15 años con un uso normal (4-5 lavados por semana).
En el caso de no realizar unos descansos óptimos entre lavado y lavado, esto conlleva que el motor no descanse lo suficiente y las piezas comiencen a caerse. La correa de transmisión, si no se da el descanso necesario, podría comenzar a estirarse, chirriar o incluso romperse con mayor rapidez. La bomba de drenaje, sin pausas, se mantiene caliente y, con el paso del tiempo, puede atascarse e incluso explotar.
Hábitos más recomendados
Los hábitos que se recomiendan para un buen uso de la lavadora son realizar dos lavados al día, con al menos 30 minutos de diferencia entre uno y otro, elegir siempre un programa completo pero no abarrotado, en lugar de muchos lavados pequeños seguidos, y limpiar el filtro y los bordes de goma con frecuencia para evitar la obstrucción y los olores desagradables.
Si se diese el caso de que se necesita usar la lavadora durante varias veces al día de forma regular, algunos consejos sobre ahorro son estos:
- Siempre que se pueda, aprovechar la carga máxima de tu lavadora. Nunca hay que sobrepasarla para evitar averías. Si no se puede esperar a tener una carga completa, utilizar el programa específico de media carga.
- La ropa de uso diario, la que no representa un alto grado de suciedad, se puede limpiar perfectamente sin prelavado. Lo mejor para no equivocarse en este aspecto es elegir siempre el programa más adecuado para la colada que se tiene previsto hacer.
- Si no se cuenta con una lavadora con dosificación automática hay que recordar que la cantidad de detergente que se utiliza debe ser una llave de ahorro. Para la ropa con un grado de suciedad bajo o no normal se puede reducir tanto la temperatura de lavado como la cantidad de detergente recomendada.
Los cuidados que necesita una lavadora
- Para evitar la formación de malos olores en el interior hay que instalar la lavadora en un lugar con buena ventilación y dejar la puerta y el cajetín del detergente abiertos durante media hora cuando termine la colada. Además, se puede utilizar el programa específico de limpieza del tambor o un programa de algodón a 90º si no se tiene.
- Al finalizar la colada, otro consejo es limpiar con un paño seco los restos de humedad que quedan en la goma de la lavadora, una pieza muy delicada a la que no siempre se le presta la debida atención. También hay que retirar los restos de detergente que puedan quedar.
- El exterior de la lavadora es tan importante como el interior. Para limpiarla por fuera, incluido el cuadro de mandos, se aconseja no utilizar productos abrasivos. Solo se necesita un trapo suave y húmedo. Si se trata de una lavadora de acero inoxidable, este producto ayudará a que el brillo se mantenga durante mucho más tiempo.
- Si se dosifica de manera correcta el detergente y la dureza del agua no es muy elevada es muy probable que no existan problemas de cal.
