En los últimos tiempos, son muchas las áreas que se han tenido que adaptar a los cambios producidos por las nuevas tecnologías. Un ejemplo de ello es el derecho laboral, que ha dado un paso en los entornos laborales con las nuevas herramientas de trabajo, como los correos electrónicos, mensajes instantáneos y plataformas de comunicación interna. Todo esto ha modificado los tiempos y la manera en la que los empleados interactúan con sus superiores y compañeros, generando la necesidad de actualizar las normas que protegen a los trabajadores frente a abusos o vulneraciones de sus derechos.
En este contexto, es clave contar con un marco regulatorio sólidos, como el Estatuto de los Trabajadores, en el que quede establecido la base de la relación laboral y sirve como referencia frente a conflictos que se puedan ocasionar. Además, la aplicación práctica de estas normas debe reflejarse en los convenios colectivos de cada oficio, adaptando las reglas generales a las particularidades de cada sector. Todo esto permite proteger a los empleados en determinadas situaciones que se puedan producir y garantizar que el equilibrio entre productividad y derechos se mantenga, incluso en aquellos trabajos en los que la tecnología ha borrado los límites tradicionales de horarios y responsabilidades.
El derecho a la desconexión
El impacto de los cambios afecta sobre todo a sectores como la comunicación, tecnología, banca y administración, pero también alcanza todas las áreas laborales en las que un pequeño detalle como un mensaje fuera del horario laboral, una llamada o un correo puede vulnerar el derecho a la desconexión. No solo importa la oportunidad del contacto sino el contenido del mensaje, puesto que la comunicación de grandes cambios dentro de la empresa o la indicación de tareas de trabajo pueden derivar en grandes sanciones, como la indemnización de 70.000 euros que le tuvo que pagar un empresa a una empleada tras incluir su número de teléfono en una grupo de empresa de WhatsApp.
WhatsApp en el entorno laboral
El abogado laboralista Juan Manuel Lorente, muy participativo en rede sociales, expone la mayor demostración que un trabajador puede guardar en caso de que su empresa esté incumpliendo uno de los derechos laborales más vulnerados de todo el Estatuto: “No borre ningún WhatsApp con tu jefe ni con tus compañeros ni con nadie, porque los WhatsApp son una prueba que puedes utilizar en caso de juicio”. Y es que el artículo 20 regula los derechos de los trabajadores a la intimidad en la relación con el entorno digital y la desconexión.
Lorente expone el siguiente caso: “»Imagínate y tu jefe por WhatsApp que es que como no te das de alta de tu baja médica pues tienen que despedirte. Ese mensaje es importantísimo, es supervalioso, porque puede probar que hay un despido nulo”. Un simple gesto como este puede darte la razón de cara a llevar el caso a la Justicia. Así, Lorente añade que “antes necesitabas contratar a un perito para que acreditara que esa conversación de WhatsApp no estaba modificada. Sin embargo, el Tribunal Supremo ya ha declarado que los WhatsApp, sin necesidad de pericial, son válidos para presentarlos en un juicio”.
Así actúa la justicia en estos casos
La resolución que ha dictado la justicia en esta materia es, según Lorente, la siguiente: “El Tribunal ha asegurado que será la otra parte la que tiene que demostrar mediante indicios que esa conversación está modificada”. Por tanto, el consejo del abogado está claro: “Guarda todos los WhatsApp que tengas, no los borres, porque pueden ser la prueba más útil que demuestre que tu despido es improcedente, que tu despido es nulo, que la empresa realmente te debe dinero”.