A partir del próximo 1 de enero de 2025, 600 euros adicionales al año para una persona con jubilación media, unos 48,2 euros mensuales, mientras que otras aumentarán 500 euros. Un incremento del que se beneficiarán los 9,3 millones de españoles además de los más de las 720.000 pensiones correspondientes al Régimen de Clases Pasivas del Estado. Tanto unas como otras se revalorizan un 2,8% tras conocerse el IPC del pasado mes de noviembre. Una gran noticia para arrancar el año para prácticamente 10 millones de jubilados.
¿Qué va a pasar con las pensiones en 2025?
Con el incremento que se generará desde el primer día del nuevo año, un pensionista con una jubilación media, que está en 1.441 euros mensuales, elevará en 40 euros dicha cantidad. Esto se traduce en cerca de 565 euros más al año. De esta manera se cumple así con las recomendaciones del Pacto de Toledo, en el que se acordó que las pensiones se actualizarían en cada ejercicio “conforme a la subida de los precios” y de esta forma poder garantizar “el poder adquisitivo” de los pensionistas gracias a la fórmula establecida por la Ley 21/2021, de 28 de diciembre.
En la misma se establece una garantía al poder adquisitivo de las pensiones así como otras medidas de refuerzo financieras y sociales para el sistema público de pensiones. Además, se aseguraba una subida anual mínima, que estaría siempre acorde a la tasa de inflación interanual.
Para el cálculo de la pensión mínima, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV), en 2025 el umbral de pobreza subirá un 4,26% y alcanzará los 11.944, 88 euros al año, lo que conllevará una revalorización con un coste adicional de 900 millones al año para las arcas del Estado. Los que se beneficiarán de este incremento son aquellos pensionistas que no alcancen el mínimo vigente para su categoría y situación familiar en el nivel de rentas, límite que está regulado por la normativa vigente y varía según cada la situación de cada persona.
Los motivos de esta variación pueden ser varios, como por ejemplo el tener un cónyuge a cargo, ser menor de 65 años o tener diversos grados de invalidez o incapacidad. En el caso de los complementos por pensiones inferiores a la cuantía mínima, los límites de ingresos tienen la barrera en los 10.717 euros anuales siempre y cuando se tenga un cónyuge a cargo o 9.188 euros al año si la persona vive sola o no tiene un cónyuge a cargo.
Los últimos cambios en las pensiones (y los que quedan)
En la última reforma de pensiones entró en vigor la revalorización de carácter anual de las bases máximas y también el complemento de la brecha de género en función del IPC. En el periodo establecido entre 2024-2050 habrá una suma fija de 1,2 puntos cada año para las bases máximas. Esto supone que para 2025 la base máxima de cotización incrementará un 4% (2,8% del IPC promedio más un 1,2% adicional), unos 4.909 euros mensuales.
Con este aumento, la pensión máxima se incrementará en el próximo año con el IPC más de un 0,115% adicional de acuerdo a la reforma. De esta mera, la pensión máxima se situará a partir del 1 de enero de 2025 en 3.267 euros mensuales repartidos en 14 pagas, 192 euros más aproximadamente.
Con la entrada del nuevo año se aplicará ya el destope de la pensión máxima inicial, lo que significa que se revalorizará la pensión máxima con el IPC más una subida adicional de 0,115 puntos porcentuales hasta 2050, un 3% en total. De igual manera, la reforma de las pensiones determina que el complemento de la brecha de género, sobre 33 euros en este ejercicio, aumentará un 10% adicional al IPC durante el bienio 2024-2025 con una distribución del 5% en cada uno de ellos. Por tanto, atendiendo a estos datos, el complemento de la brecha de genero será un 7,8% superior al de este año, más de 35,6 euros.
