Los trucos que ayudan a realizar las labores del día a día aparecen de forma constante y podemos encontrar miles en Internet. Desde la forma de limpiar los cristales, al uso desconocido de cualquier utensilio de cocina, pasando por una manera muy cómoda de abrillantar la cubertería. Este último se compartió en redes sociales y muchos lo pusieron en práctica. Consistía en introducir una bola de papel de aluminio arrugada en el lavavajillas mientras que está en marcha para así sacar brillo a cucharas, tenedores y cuchillos. Todo muy fácil y con coste muy bajo.
Pero no convenció a todos. Así, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) afirma en su web que no funciona. Este mecanismo, aseguran desde la OCU, es válido para los cubiertos de plata, pero no para los de acero inoxidable que son los más habituales en la mayoría de los lavavajillas.
¿Por qué con los de la plata sí?
La plata, en contacto con el aire, se oscurece al formar sulfuro de plata. Al ponerse en contacto con el papel de aluminio, este atrae el azufre del sulfuro de plata para formar sulfuro de aluminio y, por tanto, la plata se libera de ese color oscuro y se abrillanta. En cuanto a los cubiertos de acero inoxidable, su composición no genera sulfuros de azufre, por lo que no es necesario ni causa ningún efecto ponerlo en contacto con el papel de aluminio.
¿Cómo abrillantar los cubiertos?
Que el papel de aluminio no consiga los resultados esperados con el acero inoxidable no quiere decir que los cubiertos de este material no puedan abrillantarse. Desde la OCU se asegura que hay dos trucos que sí funcionan. En aquellos cubiertos con algo de óxido de hierro, recomienda frotar con un estropajo. Si lo que hay son arañazos, lo mejor es aplicar sobre el arañazo un poco de aceite. En el caso de que esos arañazos sean profundos y el cubierto requiera de algo más pulido, lo que se recomienda es utilizar una piedra blanca de limpieza.
Los falsos mitos sobre el lavavajillas según la OCU
- Es más eficaz lavar los platos a mano que en el lavavajillas
Falso. El lavavajillas garantiza una óptima acción desinfectante gracias a las temperaturas que alcanza, que rondan los 50º-65º, mucho más que el fregadero. Además, en el lavado a mano se gasta más cantidad de agua, pues el lavavajillas usa entre 10-16 litros. Si atendemos al lavado rápido, puede que haciéndolo a mano no se consiga que queden totalmente limpios.
- Hay que enjuagar los platos antes de meterlos
No. Para poder limpiar, los detergente necesitan suciedad. Si los platos ya están casi limpios, las enzimas de jabón rendirán menos, sin contar con que se prelavado supone un gasto innecesario. Si quieres limpiar los restos sólidos de comida, mejor utilizar una esponja húmeda o servilleta de papel usada.
- Se gasta menos agua fregando a mano
No es cierto. Un estudio del Canal de Isabel II asegura que utilizando el lavavajillas se lograr un ahorro de 30,6 litros de agua diarios frente al lavado a mano, de los cuales 27,4 litros por día son de agua caliente.
- Hay que lleva el lavavajillas a tope para ahorrar
No. Lo que hay que hacer es aprovechar su capacidad, pero sin amontonar las piezas porque no quedarán bien lavadas. Hay que mirar si el lavavajillas tiene un programa de media carga que permite ahorrar algo.
- En el lavavajillas se puede meter todo el menaje
Tampoco es cierto. Hay determinados tipos de vajilla que no se pueden lavar a máquina porque quedarían dañados por las altas temperaturas, por lo que se tienen que lavar a mano: las pintadas a mano, con decoración de metal o el vidrio solapado. También recipientes de plástico que no estén adaptados, utensilios de madera, hojalata o cazuelas de hierro fundido.