Mercadona ha dado un gran alegría al sector de la agricultura, especialmente al de la patata de origen nacional. La firma valenciana anunció recientemente que en este 2025 tiene previsto comprar 180.000 toneladas de patatas, un 30% respecto de la cantidad del año anterior. Una subida que ha sido posible gracias a la expansión de la campaña de invierno de variedad verdete. Ahora arranca la temporada de verano, hasta septiembre, en la que se ofrecerá patata española de gran calidad y después se llevará a cabo la de invierno, lo que permitirá ofrecer “patata nacional hasta 8 meses al año”, declaró Laura Merino, especialista en patatas de Mercadona.
La producción, por toda la geografía española
La campaña de verano, que se prolongará hasta el mes de septiembre siempre y cuando la calidad del producto lo permita, contará con patatas cultivadas por diferentes comunidades autónomas: Castilla y León (en las provincias de Ávila, Valladolid, Segovia y Zamora), Madrid, Castilla-La Mancha (Albacete y Toledo), Galicia (Ourense), País Vasco (Álava), Canarias (Tenerife y Gran Canaria), Islas Baleares (Mallorca e Ibiza), Región de Murcia y Andalucía (Sevilla, Málaga y Almería).
Han sido las provincias de Andalucía determinantes para consolidar la campaña de invierno de la patata verdete, gracias a las condiciones edafoclimáticas favorables que permiten cultivar entre agosto y diciembre.
Red de proveedores con vocación de permanencia
Para sostener este volumen creciente, Mercadona mantiene acuerdos estables y duraderos con una importante red de proveedores locales. Entre estos se encuentran: Patatas Hijolusa, Patatas Meléndez, Patatas Gómez, Udapa, Cadimisa, Illacamp, Papacan, Mr Chippy y Legufrut.
Gracias a esta colaboración, desde la cadena valenciana se garantiza el suministro de patata de alta calidad y se contribuye al desarrollo económico local y la sostenibilidad del sector agrario español.
Mercadona sólo tiene un criterio y es clave: la calidad
La filosofía de la empresa valenciana es fácil de resumir: calidad. Cada una de las decisiones que se toman durante el proceso, desde la elección de las zonas de cultivo a los diferentes formatos de venta, se someten a los estándares internos que garantizan lo siguiente en el producto final:
- Su procedencia de zonas nacionales.
- Que cuenta con acuerdos estables con el agricultor.
- Que se mantiene sus propiedades organolépticas y de conservación.
La política de la empresa establece que sólo se pondrán en el mercado productos frescos de origen nacional, siempre que estos cumplan con los criterios de calidad y exista cantidad suficiente para abastar la demanda.
El impacto a nivel económico y agronómico va más allá del lineal
Más allá del efecto comercial, esta campaña de Mercadona tiene una gran repercusión en el ecosistema agrario de nuestro país. Con el aumento de su volumen de compras un 30% respecto del año anterior, la firma de Roig consigue:
- Dinamizar la economía rural en diferentes puntos del país.
- Aumentar la rentabilidad de los cultivos.
- Estimular el empleo en el campo.
- Reducir la huella logística, evitando importaciones innecesarias.
Esta apuesta, que podría ser aplicada perfectamente en otras categorías hortofrutícolas, refuerza el papel del sector agroalimentario como motor de sostenibilidad y soberanía alimentaria.
Un modelo alineado con la España rural
La nueva campaña de la patata nacional de Mercadona es algo más que una estrategia comercial. Es una forma de hacer ver sus apoyo al campo español, a los agricultores locales y al consumidor que valora el producto fresco de calidad y de proximidad. En un contexto de creciente presión para el sector primario, iniciativas como esta consolidan a Mercadona como un gran aliado de los agricultores de nuestro país.
