La llegada de la primavera es uno de los momentos más esperados. Con ella lo hacen los colores vivos, los looks cómodos y los encuentros al aire libre. Pero no todo lo que viene es positivo, pues también comienzan a aparecer algunas alergias. Así, el polen, el polvo y otros factores repercuten en nuestra salud, provocando la tan temida alergia primaveral que entre sus efectos más comunes tiene los estornudos, picazón, obstrucción de las fosas nasales y, en determinadas ocasiones, fiebre.
La alergia al polvo es una de las más comunes y es consecuencia, principalmente, por la presencia de ácaros. Se trata de pequeños organismos que se encuentran en el polvo doméstico y que prosperan en ambientes cálidos y húmedos, alimentándose de escamas de piel humana. Sus excrementos y partes del cuerpo son los verdaderos alérgenos que producen los síntomas alérgicos en las personas.
Para evitar los síntomas anteriormente mencionados, una de las cosas que debemos tener en cuenta es la de tener la casa limpia. Es una tarea clave en esta época, más allá de que siempre se deba hacer. Hay que asegurarse una limpieza a fondo y reducir la acumulación de polvo y alérgenos. Y debemos poner especial atención en determinados elementos que tenemos en casa, porque acumulan ácaros y polvo a pesar de que no se aprecie a primera vista.
Los colchones
Uno de los aspectos más importantes de cara a las personas alérgicas y que no se le presta toda la atención que se debería es la cama. Los colchones y las almohadas acumulan más polvo del que pueda parecer, especialmente porque están cerca de una ventana. Así, al abrirla, entran restos que se acumulan en dichos lugares, por lo que es importante lavar toda la ropa de cama al menos una vez a la semana.
Se recomienda utilizar productos antiácaros y para las personas alérgicas una de las soluciones puede ser la compra de colchones de látex o viscoelástica.
Los muebles
Sin duda alguna, uno de los sitios en los que más se acumula y es visible el polvo es en la superficie de los muebles. Por ello, mantenerlos libre de polvo se considera básico. Basta con pasar una bayeta antipolvo para ver todo lo que hay acumulado. Lo recomendable es limpiarlas cada tres días, ya que el polvo se deposita con facilidad y rapidez, lo que se debe evitar por todos los medios. En cuanto a otros elementos, como sofás o sillas con tejido, lo ideal es usar un aspirador para mantenerlos limpios y sin polvo.
Para facilitar la limpieza y superar la pereza, se recomienda tener a mano o cerca de los muebles un plumero o bayeta limpia junto al producto adecuado para la superficie en concreto. Así, cuando una persona note que se acumula polvo, solo deberá pasarlo y resolverá el problema.
Las cortinas
Al estar directamente expuestas al exterior, es habitual que las cortinas acumulen polvo y polen, aunque no se aprecie. Por esta razón es fundamental mantenerlas limpias. Para los cristales de las ventanas se debe aplicar el mismo enfoque que con los muebles: guardar un producto antipolvo y una bayeta cerca.
En el caso de las cortinas, hay que lavarlas al menos una vez a la semana y lo mejor es que sean de tejido fino y material sintético.
Además de estos elementos básicos, no nos podemos olvidar del suelo, azulejos y las superficies de la cocina y el baño. Mantener la casa ordenada y limpia nos hará disfrutar más del hogar y también a reducir las molestias causadas por las alergias.
