Donald Trump dinamitó los mercados con el anuncio de los aranceles y uno de los sectores que se pueden ver más afectados es el del automovilístico, sobre todo en Estados Unidos y en Europa. Así, el máximo beneficiario de esta problemática será China si se mantienen las posturas, con sus coches más baratos y competitivos. Es lo que piensa John Elkann, presidente del grupo Stellantis.
A día de hoy, Estados Unidos, el viejo continente y el gigante asiático son los tres grandes mercados de vehículos, donde los fabricantes ponen todo su interés. Tras las decisiones de Trump y la respuesta europea, China mira de reojo y ve su oportunidad de seguir creciendo y marcar territorio. Su posición es la de obtener beneficio de una situación de incertidumbre y guerra arancelaria provocada por la Administración norteamericana.
Aunque Trump ha relajado su postura sobre los aranceles en algunos sectores, que cogen aire, el del automóvil sigue en riesgo por el 25% impuesto. Esa es la preocupación en EEUU, mientras que en Europa se añade la apuesta por las regulaciones para acelerar la transición hacia el coche eléctrico, algo que todavía genera mucha más incertidumbre sobre el panorama de la industria.
Los altos dirigentes advierte del peligro
Durante la celebración de la Junta de Accionistas del grupo Stellantis, su presidente John Elkann, puso sobre la mesa varios temas con la idea de avisar a los dirigentes europeos y norteamericanos de lo que puede pasar si mantienen sus posturas. Y lo hizo sabiendo a lo que se refería, ya que ambos mercados son la principal fuente de negocio de la firma que preside.
Para Elkann, “con el rumbo actual de aranceles dolorosos y regulaciones excesivamente rígidas, las industrias estadounidenses y europea está en riesgo”. Así de claro fue el máximo mandatorio de Stellantis, que en este contexto ve como los fabricantes chinos amenazan con sus coches más baratos y cada vez más competitivos. El futuro, salvo giro a la situación actual, es que China superará a ambos mercados más pronto que tarde.
Las medidas a tomar
Así, el presidente de Stellantis, pide a los protagonistas de esta crisis de una y otra parte que tomen medidas urgentes para el sector y que se pueda realizar “una transición ordenada”.
En Estados Unidos el problema está localizado: los aranceles que ha impuesto el presidente Donald Trump. Estos no sólo se quedan en el 25%, mínimo, que se anunció en su momento para la exportación de coches, salvo los procedentes de Canadá y México. También, recuerda Elkann, que hay que añadir los impuestos a materiales y componentes de los vehículos como “el aluminio, el acero y las piezas”.
Por lo que respecta a Europa, se asiste a una transición hacia el vehículo eléctrico mediante regulaciones de CO2 muy estrictas, tanto que las medidas de la normativa CAFE tuvieron que ser rebajadas por la propia Unión Europea. Estas amenazaban con multas de miles y miles de millones de euros a los fabricantes.
De acuerdo a Elkann, presidente del cuarto mayor fabricante de vehículos en términos de ventas, se está imponiendo “un camino poco realista hacia la electrificación, desconectado de la realidad del mercado”. Añade que “los gobiernos europeos, a veces de forma abrupta, retiraron los incentivos a la compra, mientras que la infraestructura de carga sigue siendo inadecuada”.
Por último, Elkann recordó que “la fabricación de automóvil es una fuente de empleo, innovación y comunidades fuertes” y fue tajante al considerar que sería “una tragedia” que no se acercaran posturas en cuanto a los aranceles de Trump y también si desde la Unión Europea no se cambia una visión de las normas “poco realistas” que ralentizan una verdadera transición hacia el vehículo eléctrico.